Timoteo
Muy triste e inesperada noticia ha
sido la del reciente fallecimiento de Timoteo Martínez Aguado, Catedrático de
Economía Aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha, que había sido
durante ocho años decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de
Toledo, entre otras responsabilidades académicas y universitarias, como su
condición de secretario general del Consejo Social de la Universidad. Además
fue viceconsejero de Economía del Gobierno de Castilla-La Mancha en 2011-2012,
aunando así a su amplia experiencia académica y universitaria, un puesto de
gran relevancia en la gestión pública e institucional. A lo que hay que añadir
su excelente trayectoria propiamente profesional, que incluyó publicaciones,
proyectos de investigación y labores de asesoramiento y consultoría. Motivos
más que suficientes para que Timoteo merezca el reconocimiento y gratitud de la
Universidad, del Gobierno regional y de la ciudad de Toledo, donde se
desarrolló muy buena parte de su trayectoria.
Timoteo era además un buen amigo, a
quien conocí durante años. Él me nombró vicedecano de la citada Facultad
toledana en 2004 (él fue decano desde 2001 a 2009), y durante los cinco años en
que desempeñé esa función pude conocerlo de cerca. Hoy solo tengo excelentes
recuerdos de su buen hacer, de su capacidad de gestión y de su condición
humana. Supo dirigir y coordinar a un conjunto de colegas que formamos parte
del equipo decanal, y sin que me corresponda a mí valorar si lo hicimos mejor o
peor, sí puedo decir ahora que fuimos un verdadero equipo que funcionamos como
tal. Todos sabíamos que teníamos una misión en común, y siempre tuvimos una
gran sintonía y nos apoyamos y ayudamos mutuamente. Y ahí se generó una amistad
personal entre todos los que formamos parte de aquel proyecto y asumimos ese
reto común, entre los que quiero mencionar expresamente a quien ya no está con
nosotros, el siempre añorado Felipe Centelles. Trabajamos mucho (no está de más
decir que la gestión universitaria es una labor altamente exigente y absorbente,
y no pocas veces muy ingrata), pero los recuerdos son positivos precisamente
por esa buena relación personal. Gran parte de los méritos de la formación de
ese equipo recaen en Timoteo Martínez Aguado. Era una persona activa e
inquieta, siempre con proyectos e ideas en la cabeza. Y era también un
excelente compañero y amigo. En lo personal, solo puedo decir que supo estar
cuando se le necesitaba. Demostró una excelente calidad humana, que se unía a
su ya citado nivel académico y profesional. Su partida ha sido discreta y
silenciosa, y por ello a muchos nos ha sorprendido por completo. Estoy seguro
de que él querría que recordemos su trabajo, su dedicación de la Universidad y
a la gestión pública, y no la enfermedad que le ha hecho despedirse de todos
demasiado pronto. Creo que todos los que le hemos conocido nos quedamos un poco
más tristes y un poco más solos, y quienes compartimos con él tanto la amistad
personal como parte de esa labor gestora, sentimos que con Timoteo se va una
parte de nuestra propia experiencia, de nuestro aprendizaje, en suma de nuestra
vida y de lo que somos. Nos queda su recuerdo y todos los valores que nos
transmitió cuando estuvimos a su lado. Descanse en paz.
(imagen tomada de http://www.miciudadreal.es/2015/07/20/la-uclm-lamenta-el-fallecimiento-timoteo-martinez-profesor-y-secretario-general-del-consejo-social/)
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