jueves, 31 de enero de 2013

Toledo secreto


Toledo secreto

            Me declaro rendido admirador de las fotografías de David Utrilla. Se encuentran, en mi opinión, entre las mejores fotos de Toledo que hoy puedan verse. Son realistas, perfectas, nítidas, extraordinariamente limpias. Es claro que requieren de las mejores técnicas fotográficas, pero detrás de ellas están la mano y la visión de un excelente fotógrafo. Yo, que en esto soy un simple aficionado con interés, de mayor quisiera saber hacer fotos como las de Utrilla. Por ello he ido siguiendo el proyecto “Toledo secreto”, fundamentalmente a través de la web y de las redes sociales. He compartido en mi biografía o “muro” muchas fotos de “Toledo secreto”, y puedo decir que son las que más “les gustan” a mis amigos, entre los que se encuentran personas que no conocen Toledo, y otros que estuvieron aquí más o menos brevemente y quedaron ya siempre enamorados de la ciudad. Porque quizá a quienes vivimos aquí nos cueste entenderlo, pero cuando se ha pasado un tiempo aquí es muy fácil añorar esta ciudad para siempre, y desear volver a ver por cualquier vía (ya sea la presencia física, la imagen o los simples recuerdos) sus inconfundibles rincones y su perfil de torres y tejados.

            El libro “Toledo secreto” recoge una magnífica selección de imágenes que nos muestran todos esos aspectos que hacen única a nuestra ciudad. Su característica peculiar frente a otros libros fotográficos de Toledo es, como sugiere su  título, el mostrar rincones habitualmente inaccesibles para la mayoría, como sótanos, aljibes, terrazas, o patios, pero también perspectivas o tomas diferentes de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Todo ello con una calidad extraordinaria. Desde luego, ni mucho menos es todo imagen. Hay que destacar también los elegantes e impecables textos de Juan Luis Alonso Oliva, así como las introducciones a cada capítulo, para las que se ha elegido a personas idóneas por su nivel académico y su conocimiento, dedicación y “vocación” por la ciudad, como Antonio Illán, Javier Mateo y Álvarez de Toledo, Santiago Sastre Ariza, José Luis Isabel Sánchez o Luis Rodríguez Bausá. Con estos ingredientes, no he tardado en ir a comprar mi ejemplar de “Toledo Secreto” (para ser sincero, he tardado exactamente el tiempo necesario para comprobar que nadie ha tenido a bien regalármelo estas Navidades…). Y por este medio lo recomiendo vehementemente a todos mis lectores.        

jueves, 24 de enero de 2013

FELICIDADES, ALTEZA




Felicidades, Alteza

            Muy apreciado don Felipe de Borbón: El próximo día 30 Su Alteza cumple cuarenta y cinco años. Yo nací exactamente diez días antes, así que somos en sentido propio de la misma generación. Pero no quiero hablar de nuestra generación, sino más bien felicitarle por su cumpleaños, y felicitar a todos los españoles por lo que Su Alteza representa para el futuro de nuestro régimen constitucional. Nunca he ocultado mi inclinación monárquica… aplicable solo a los países que, como España, tienen esa forma de gobierno como seña histórica de identidad. Ser monárquico hoy no significa ser tradicionalista o conservador, ni muchísimo menos decantarse por una forma de gobierno menos democrática. Si así fuera, no podría explicarse que algunos de los países más avanzados de Europa (Suecia, Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, o el Reino Unido, por ejemplo) e incluso de otro lugares del mundo como Japón, sigan fieles a esa forma de gobierno sin que existan movimientos sociales de peso en contra; eso sí habiéndola adaptado en todo lo que es posible a los parámetros democráticos y a las exigencias del principio de igualdad. En estos países, ser monárquico significa simplemente ser respetuoso con la propia Historia e identidad. Además, la monarquía es una garantía de la unidad y permanencia del Estado y de la Nación, perfectamente compatible con la fuerte identidad de algunos de los territorios que lo componen.

            Yo creo que la monarquía tiene futuro en España. Pero si es así, es antes que nada porque el pacto constitucional está plenamente vigente en este punto, y en modo alguno se vislumbra hoy un cambio que pudiera alcanzar el cualificado apoyo necesario. Lo cierto es que en la monarquía parlamentaria, por encima de la voluntad del pueblo soberano expresada en la Constitución, no hay nada, y desde luego el monarca encuentra su legitimidad en la propia norma fundamental. Pero si la monarquía tiene futuro es también porque Su Alteza Real está perfectamente preparado para encarnarlo y ofrece a la mayoría de los ciudadanos la tranquilidad de que esta forma de gobierno será positiva para España también en el futuro. Usted tiene hoy una imagen ejemplar y modélica ante la mayoría de los ciudadanos; le ruego que se cuide mucho de mantenerla siempre, para que podamos seguir celebrando sus cumpleaños como Príncipe de Asturias, y después, cuando y como proceda, como Rey de España.        

jueves, 17 de enero de 2013

LA NOCHE MÁS OSCURA




         La última película de Kathryn Bigelow ha generado polémica en Estados Unidos, fundamentalmente porque se presenta como una narración realista de los hechos que condujeron a la muerte de Bin Laden a manos de la CIA, y pone de relieve que, aunque a veces pueda resultar dudosa la frontera entre los “interrogatorios expeditivos” y la tortura en sentido estricto, en este caso las prácticas cayeron claramente en el segundo concepto, al menos si creemos lo que describe la película. Parece que algunas personas vinculadas a la CIA han desmentido que esos métodos se aplicasen tal y como vemos en el film. En cualquier caso, sobre el fondo del asunto, debo decir que si bien es grave la cuestión de la posible utilización de métodos que podrían constituir tortura, lo que es absolutamente inaceptable es que el objetivo fuese matar a una persona y que para ello no solo se ignorasen los más elementales principios del Derecho Internacional, sino que se apartase toda consideración a los derechos que todo ser humano tiene. Al matar a Bin Laden y quienes le acompañaban de ese modo, sin intentar siquiera detenerle y ofrecerle un juicio justo, los Estados Unidos arrojaron a la basura los valores que esa Nación aportó al mundo y por los que algunos la consideramos admirable. Porque no todo medio es aceptable por loable que sea el fin.

            Pero volviendo a la película, a mi juicio la misma esta cargada de virtudes. No solo porque, con independencia de que responda por completo a la verdad en todos los aspectos, es sin duda realista y resulta verosímil; sino también porque, ya desde el punto de vista estrictamente cinematográfico, resulta una película atractiva, que engancha y logra mantener siempre la atención y la tensión del espectador, a pesar tanto de su duración, como del hecho incontestable de que el espectador conoce ya esencialmente el desenlace antes incluso de comenzar a verla. Tiene, por tanto, gran mérito lograr un producto argumentalmente tan interesante con esos condicionantes. Por lo demás, la autora, lejos de recurrir a lo que sería una fácil toma de postura crítica frente a la CIA, se limita a describir los hechos con tal neutralidad y pulcritud, que será cada espectador quien adoptará sus propias posiciones, llegando acaso, en un plano humano, a entender aunque no a justificar. Algo muy en la línea de En tierra hostil, otra magistral película de la misma directora (y desde luego muy por encima de otras películas recientes del género que crean una ficción de corte realista para hacer una crítica burda y maniquea, como ese bodrio peliculero antiespañol titulado Invasor). 

jueves, 10 de enero de 2013

TOLEDO OLVIDADO

Toledo olvidado

            Para quienes nos sentimos amantes de nuestra ciudad, siempre supone una satisfacción encontrar nuevas publicaciones sobre Toledo. Quienes además tenemos afición por la fotografía, damos especial valor a los libros que incluyen imágenes de calidad o inéditas. Y para los que igualmente nos gusta la Historia, resulta especialmente interesante una publicación que recoge escenas o instantáneas históricas. Si un mismo libro reúne los tres objetos (Toledo, fotografía, Historia), ya solo cabe pedirle que sea una publicación cuidada y de calidad. Pues todo eso es Toledo olvidado, la excelente obra de Eduardo Sánchez Butragueño que tiene como origen el trabajo llevado a cabo en el blog homónimo desde 2008.

            Como explica el propio autor, el origen de su afición por la fotografía histórica toledana está en diversos libros que pudo ver en su infancia, así como en un disco con diversos archivos desordenados de fotos antiguas de la ciudad. Pronto comenzó a ordenarlas, comentarlas y difundirlas, comenzando por un correo electrónico enviado semanalmente a los amigos, para pasar luego a la creación del citado blog  http://toledoolvidado.blogspot.com.es, un foro muy cuidado y documentado que recientemente ha recibido uno de los premios de la Real Fundación de Toledo. Cuando este alcanzó un cierto grado de madurez, surgió la idea del libro, que se ha financiado por la vía del micromecenazgo, lo que le ha permitido conseguir en un tiempo récord el dinero necesario, manteniendo su independencia. El libro tiene desde mi punto de vista un valor muy especial, no solo porque todavía “un libro es un libro”, sino por la calidad de sus páginas y su esmeradísima edición, así como por el orden y la excelencia de las fotografías incluidas, así como el nivel de sus comentarios explicativos. Las fotografías se ordenan cronológicamente en cuatro grandes apartados (“el siglo XIX”, “1900-1936”, “la guerra civil”, y “1939-2012”), que reflejan lo mejor de la fotografía toledana desde las primeras imágenes de las que se tiene constancia, en 1852, hasta la actualidad, y en las que aparecen la mayor parte de los edificios significativos de la ciudad, así como muchos personajes históricos, y otros más o menos anónimos. He podido mediar para que un par de fotografías se hayan incluido en el libro, y esta humilde aportación es para mí una gran satisfacción personal. La obra tiene unos perfiles específicos que la hacen única, viniendo a colmar un hueco en la bibliografía toledana, y debería estar en las estanterías de cualquier amante de Toledo y de la fotografía

jueves, 3 de enero de 2013

Confianza


El Miradero                                                                         F. Javier Díaz Revorio

Confianza

            Dicen que un pesimista es un optimista bien informado. Quizá por eso,  y aunque los buenos deseos para los próximos doce meses se multiplican en estas fechas, los españoles moderamos últimamente esos deseos para dar por bueno que el año entrante no sea peor que el que acabamos de dejar atrás. E incluso más de uno se conforma con que este 2013 sea el último año en el que la situación socioeconómica siga empeorando, es decir, que toquemos de una vez el fondo o "suelo" de esta crisis. Por lo demás, los pronósticos de los organismos oficiales y del Gobierno no contribuyen a hacer creíble un panorama más optimista. En este aspecto hemos pasado del optimismo irracional, exagerado y hasta ridículo de Zapatero, al crudo realismo sin paliativos de Rajoy. En sus últimas declaraciones, el actual presidente llega a un extremo poco habitual en un político, al renunciar directamente a pedir a los ciudadanos paciencia y confianza ciega, atreviéndose solo a solicitar comprensión y solidaridad.

            Es verdad que la paciencia tiende a agotarse, y que la confianza, cuando se entiende como esperanza en que las cosas han de mejorar porque sí, no solo no aporta nada pero podría ser incluso negativa. Pero pienso que ambos valores son positivos y necesarios, si se dirigen a la dirección adecuada. Porque nuestra sociedad debe confiar en sí misma para salir de esta crisis, y entonces sí, tener paciencia, y también perseverancia, para no desfallecer en el objetivo. Creo que el mismo error que muchos cometieron/cometimos cuando las cosas iban bien, consistente en pensar que siempre irían así o mejor, lo cometeríamos ahora si creyéramos que no hay salida o que nada va a mejorar. Pero también sería erróneo pensar que las cosas mejorarán solas, o que bastará para salir de la crisis que el Gobierno, la Unión Europea, los organismos internacionales o los bancos y grandes empresas, adopten las medidas adecuadas. Este país ha sabido superar situaciones mucho peores que la actual, la generación anterior a la mía incluso las ha vivido personalmente. Pero ello solo es posible con el esfuerzo y el sacrificio de todos, trabajando más por menos sin perder motivación, buscando nuevas salidas, recuperando nuestra ancestral capacidad para ingeniar, crear e innovar. Así sí encuentra fundamento la confianza y la esperanza en un futuro mejor.