jueves, 3 de enero de 2013

Confianza


El Miradero                                                                         F. Javier Díaz Revorio

Confianza

            Dicen que un pesimista es un optimista bien informado. Quizá por eso,  y aunque los buenos deseos para los próximos doce meses se multiplican en estas fechas, los españoles moderamos últimamente esos deseos para dar por bueno que el año entrante no sea peor que el que acabamos de dejar atrás. E incluso más de uno se conforma con que este 2013 sea el último año en el que la situación socioeconómica siga empeorando, es decir, que toquemos de una vez el fondo o "suelo" de esta crisis. Por lo demás, los pronósticos de los organismos oficiales y del Gobierno no contribuyen a hacer creíble un panorama más optimista. En este aspecto hemos pasado del optimismo irracional, exagerado y hasta ridículo de Zapatero, al crudo realismo sin paliativos de Rajoy. En sus últimas declaraciones, el actual presidente llega a un extremo poco habitual en un político, al renunciar directamente a pedir a los ciudadanos paciencia y confianza ciega, atreviéndose solo a solicitar comprensión y solidaridad.

            Es verdad que la paciencia tiende a agotarse, y que la confianza, cuando se entiende como esperanza en que las cosas han de mejorar porque sí, no solo no aporta nada pero podría ser incluso negativa. Pero pienso que ambos valores son positivos y necesarios, si se dirigen a la dirección adecuada. Porque nuestra sociedad debe confiar en sí misma para salir de esta crisis, y entonces sí, tener paciencia, y también perseverancia, para no desfallecer en el objetivo. Creo que el mismo error que muchos cometieron/cometimos cuando las cosas iban bien, consistente en pensar que siempre irían así o mejor, lo cometeríamos ahora si creyéramos que no hay salida o que nada va a mejorar. Pero también sería erróneo pensar que las cosas mejorarán solas, o que bastará para salir de la crisis que el Gobierno, la Unión Europea, los organismos internacionales o los bancos y grandes empresas, adopten las medidas adecuadas. Este país ha sabido superar situaciones mucho peores que la actual, la generación anterior a la mía incluso las ha vivido personalmente. Pero ello solo es posible con el esfuerzo y el sacrificio de todos, trabajando más por menos sin perder motivación, buscando nuevas salidas, recuperando nuestra ancestral capacidad para ingeniar, crear e innovar. Así sí encuentra fundamento la confianza y la esperanza en un futuro mejor.  

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