martes, 25 de abril de 2017

Cantábrico. Los dominios del oso pardo

Cantábrico. Los dominios del oso pardo



            Estamos acostumbrados a ver documentales de naturaleza cada vez más impresionantes, con mayor perfección técnica y despliegue de medios, con más calidad y, en suma, más espectaculares. Pero eso no siempre puede afirmarse respecto a la fauna y la naturaleza ibérica. Por las razones que sean, no son demasiados los que se dedican a un género que, especialmente si se enfoca a su exhibición en salas de cine, no parece demasiado rentable. Hay que reconocerlo, muchos de los que nos criamos viendo los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente hemos pensado durante años que aquello era insuperable, sobre todo en relación con los limitados medios de la época. Y no es muy habitual que nos desplacemos a una sala de cine para ver un documental, menos aún cuando, por motivos que no acabo de entender, este se proyecta exclusivamente en sesión de sobremesa. En todo caso, no dudé en ir a ver el último documental para cines de Joaquín Gutiérrez Acha, que todavía se proyecta en algunas salas, con el título que encabeza este comentario. Tenía bastantes motivos para hacerlo. Primero, y como bien saben mis lectores más asiduos, soy un enamorado del Cantábrico y de las tierras que baña, que nos ofrecen clima envidiable, gastronomía de primer nivel, patrimonio histórico y cultural único y, desde luego, una naturaleza espectacular. En segundo lugar, había leído algún reportaje previo sobre este documental, su calidad y rigor, y el gran trabajo que había implicado. Y, en tercer lugar, es el segundo documental de una trilogía que piensa llevar a cabo su director, y que vino precedido por “Guadalquivir” (que sinceramente no había visto, pero desde luego lo haré a la primera oportunidad).


            Así que las expectativas eran muy elevadas, pero desde luego “Cantábrico” las colmó ampliamente. Está rodado con magnífica calidad y esmero. Es obvio que lleva detrás un impresionante equipo humano y tecnológico, y muchísimas horas de trabajo paciente. Solo así se nos pueden ofrecer imágenes espectaculares, algunas de ellas nunca antes vistas. No desvelo ningún secreto, porque no es lo mismo contarlo que verlo: una manada de lobos caza a un ciervo, una víbora da a luz en una cueva, los urogallos (especie que lamentablemente parece condenada a su extinción) cantan y se pavonean antes de aparearse, los salmones remontan los ríos cantábricos antes de desovar o, por supuesto, contemplamos aspectos íntimos de la vida de los osos pardos. Pero además encontramos espectaculares escenas macro, como las de las hormigas que crían la larva de una mariposa, el nacimiento de la propia mariposa, o flores carnívoras comiendo insectos. Y un largo etcétera. La película usa con maestría tanto el “time lapse” como la cámara lenta, posibilitando al espectador la visión diferente de las escenas. Con todos estos recursos, se nos va mostrando la evolución de la fauna y flora cantábrica a lo largo de las cuatro estaciones. No sabría cómo resumirlo. Nos permite ver aquello que en realidad tenemos al lado (basta apartarse ligeramente de la vida urbana y salir a la naturaleza) pero en lo que pocas veces reparamos. Nos ayuda a valorar nuestra inmensa riqueza natural, tantas veces ignorada o minusvalorada al lado de nuestro -también incuestionable- patrimonio histórico-artístico. Es un espectáculo de principio a fin. Un canto sublime a la vida que fluye y siempre se abre camino. Un poema a la belleza de nuestra naturaleza cantábrica. Una llamada a sentirnos parte de esa naturaleza.

(Fuente de la imagen: http://www.fotogramas.es/Peliculas/Cantabrico.-Los-dominios-del-oso-pardo )

jueves, 20 de abril de 2017

El parque temático

El parque temático


            Esta semana nos ha sorprendido (al menos a quienes no tenemos otras fuentes de información que las que dan los medios de comunicación, tradicionales y digitales, o tal vez estamos algo despistados) el anuncio del proyecto de instalación un parque temático sobre la historia de España en las proximidades de Toledo. Al parecer, se trata de un proyecto de envergadura, llevado a cabo por la empresa francesa Puy du Fou, responsable de un exitoso parque temático de carácter histórico en el oeste de Francia (www.puydufou.com/es), nacido en 1977 y que recibió 2.200.000 visitantes en 2016, siendo el segundo parque temático del país. La empresa realizaría con este proyecto su primera inversión fuera de las fronteras galas. Se nos dice que se trataría de casi 200 millones de euros, incluyendo un pueblo, hoteles, restaurantes y cinco espectáculos, de manera que se comenzarían los trabajos en 2018, abriría un espectáculo en 2019, y los cuatro restantes en 2020. Todo ello generaría unos 4.000 empleos directos e indirectos, y se espera que en 2020 el parque reciba ya unos 1.300.000 visitantes.


            La noticia, en principio, no puede resultar más positiva. Es una inversión en un proyecto interesante y atractivo que, más allá de su capacidad para atraer personas y dinero, lo hace con una idea y una finalidad que parecen buenas, ya que pueden permitir una valiosa unión entre ocio y cultura. Porque no cualquier pretexto es bueno para atraer turismo e inversiones, pero este lo parece. En todo caso, ya que tanto en España como en Toledo estamos algo resabiados por los macroproyectos que fracasan, no llegan a hacerse realidad o cuestan muchísimo para unos resultados que se alejan bastante de lo anunciado, la prudencia nos aconseja a todos esperar, y a quienes tienen alguna responsabilidad en el proyecto, poner los medios necesarios para conseguir dos objetivos: que el parque sea una realidad, y que se haga bien, lo que quiere decir que sea un proyecto riguroso en muchos sentidos: con nuestra Historia, con el medio ambiente, con la economía, alcanzando, en el plazo anunciado, un resultado positivo y sostenible. Dicho esto, no cabe ocultar que hay bastantes indicios positivos e ilusionantes. La empresa Puy du Fou ya anuncia en su web que no recibe ni un céntimo de dinero público, siendo una iniciativa privada autofinanciada al 100%, lo que permite deducir que no costará nada al contribuyente español. Además, las declaraciones de sus responsables sugieren que el proyecto tendrá como seña de identidad el rigor histórico, no solo porque se dice que buscarán el asesoramiento de “las academias” (imagino que al menos de la Real Academia de la Historia y de nuestra RABACHT), sino porque el presidente de la empresa, Nicolás de Villiers, señaló: “Queremos que los españoles que vengan puedan sentir el gran orgullo de su patrimonio y de su Historia y que los extranjeros digan `cómo me gustaría ser español, ser castellano-manchego y ser toledano´”, y su fundador, Philippe de Villiers, afirmó rotundamente que “no tiene sentido hacer este parque aquí si no se respeta la visión de España”. Así que todo parece prometedor. Solo inquietan algo las declaraciones del presidente de la Comunidad y de algunos responsables, adelantándose a considerar inadmisible que se pusieran problemas por el agua, en alusión a la Confederación Hidrográfica. Parecería que esto es “poner la venda antes de la herida”. Pero, en lo uno y en lo otro, el tiempo dirá. Y nosotros, que lo veamos… y lo disfrutemos.    

(Fuente de la imagen: http://www.latribunadetoledo.es/Noticia/ZAFAD9340-EB81-EEEB-AF0FA53270007FFC/Puy-du-Fou-llega-con-140-millones)

jueves, 13 de abril de 2017

Sobre la amistad

Sobre la amistad


         
Dicen que “quien tiene un amigo, tiene un tesoro”, y es que sin duda la amistad es algo realmente valioso. Se atribuye a Elbert Hubbard la siguiente definición: “Un amigo es el que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere”. Y mucho antes, Demetrio de Falero afirmaba que “un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano”. Hoy vivimos quizá una época en la que todo se mide en cantidad y casi nada en calidad, por eso algunos cuentan sus amigos de Facebook o de otras redes sociales, pero ¿a cuántos de ellos podríamos considerar realmente como hermanos? Está claro que la generalización conduce a la banalización del término, y así se termina por desvirtuar su significado y convertirlo en una palabra ambigua. Por eso en ciertos casos (en unos pocos casos) necesitamos adjetivos que lo especifiquen, como “amigo íntimo”, “verdadero” o “cercano”. En estos casos sí cabe aplicar la máxima del gran Cicerón: “¿qué cosa más grande que tener a alguien con quién te atrevas a hablar como contigo mismo?”. Aunque también nuestro gran filósofo estoico supo situar la amistad en el contexto de la adecuación y la prudencia: “la confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva”.


            La amistad, además, es un valor que puede entrar en tensión con la imparcialidad o la ecuanimidad. Todos tenemos “debilidad” por nuestros amigos. Por eso la mayoría de nuestros ordenamientos reconocen la amistad íntima como causa de abstención y recusación en procedimientos administrativos, judiciales, o en los que impliquen  una valoración objetiva. Damos por hecho la dificultad para ser del todo justos con el amigo, al igual que con el familiar cercano. Aunque acaso a veces esa falta de imparcialidad no se traduzca en mayor laxitud, sino en mayor exigencia, si de verdad se quiere al amigo. En todo caso resulta difícil mantener la objetividad con los amigos. Pero la amistad ha de ser algo muy bueno, cuando Jesús de Nazaret, que para los cristianos es el mismo Dios hecho hombre, la cultivó ampliamente. Entre todos sus discípulos, eligió a doce apóstoles. Y no castigó al que le traicionó, sino que este encontró en el pecado su propia penitencia. Aun dentro de estos doce, nunca ocultó que tuvo tres “amigos favoritos”: Pedro, Santiago y Juan. Y por encima de todos, este último, quien fue el discípulo amado, a quien consideró auténticamente como su hermano, hasta el punto de encomendarle a su propia madre: “madre, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre”. Además, al menos en dos ocasiones, Jesús demostró que daba a la amistad tanto valor como para alterar –aparentemente “sobre la marcha”- el plan divino de la redención. En primer lugar, en las bodas de Caná, momento en el que se vio de algún modo constreñido a anticipar su primer milagro, no solo por amor a su madre, sino también por prestar a unos amigos uno de los mayores servicios que quepa imaginar: conseguirles un excelente vino para festejar su boda, cuando se les había acabado lo que tenían. Más tarde, y antes de su propia resurrección, lloró con sus grandes amigas Marta y María la muerte de su también amigo Lázaro, y decidió devolverle a la vida, porque en realidad ellas sabían que, pudiendo hacerlo, Jesús no les negaría eso a sus amigos. Son ejemplos de amistad verdadera, que podríamos tomar como modelo con nuestros amigos “auténticos” (valga el pleonasmo). Eso sí, absteniéndonos de conocer o resolver, cuando proceda…

(Fuente de la imagen: http://www.bellomagazine.com/es/familia/la-amistad-despues-de-los-30 )