jueves, 31 de mayo de 2018

La moción de censura

La moción de censura


  
          El sistema parlamentario de gobierno se caracteriza por la permanente dependencia del Gobierno respecto al Parlamento, ya que aquel tiene origen parlamentario y responde políticamente ante la cámara que lo ha elegido. Esta característica, que tiene indudables ventajas, tiene también el inconveniente de que tiende a provocar una mayor inestabilidad de los gobiernos. Por este motivo, tras la segunda guerra mundial, y a partir sobre todo de la Ley Fundamental de Bonn de 1949, en algunos sistemas se va instaurando lo que se ha dado en llamar “parlamentarismo racionalizado”, que se caracteriza porque la responsabilidad política del Gobierno solo se puede exigir por vías tasadas, en particular la cuestión de confianza y la moción de censura. Y en particular, porque esta última pasa a ser una moción de censura “constructiva”, que implica no solo el acuerdo en derribar a un Gobierno, sino también en la formación del nuevo Gobierno, ya que el apoyo a la moción supone también el apoyo a la investidura del candidato alternativo. Es más fácil destruir que construir, y con este mecanismo, aunque se dificulta el derribar a un Gobierno, se evitan vacíos de poder o situaciones de inestabilidad. Es, en realidad, un procedimiento doble, simultáneamente de censura a un Gobierno y de investidura de un nuevo presidente.


            En la Constitución de 1978 se sigue muy de cerca esa “estela” de la Ley Fundamental de Bonn. La moción de censura es constructiva, y requiere el apoyo al nuevo candidato. Este apoyo implica un acuerdo de investidura, y cabe suponer que ha de implicar al menos unas coincidencias programáticas básicas. Mucho más si, más allá de lo que alguno ha llamado “moción instrumental” (cuyo objetivo sería únicamente convocar elecciones, y que no parece muy acorde con lo previsto en la Constitución), se trata de una moción que pretende formar un nuevo Gobierno, con un nuevo programa, por un tiempo indefinido. Si, como parece muy probable en el momento de escribir estas líneas, la moción en marcha en el Congreso va a triunfar, sin duda alguna el candidato se convertirá en el presidente legítimo, de acuerdo con las reglas del juego constitucional. Pero la falta prácticamente total de acuerdos programáticos con los independentistas y otras fuerzas que apoyan la moción, e incluso el dato sorprendente de que el candidato acepte y defienda los presupuestos que hace una semana rechazó su grupo y todos los que ahora le apoyan, hacen que esta moción carezca de programa y tenga muy poco de constructiva, pues no logra disimular el propósito destructivo que la ha inspirado, que es lo único que ha permitido que se pongan de acuerdo fuerzas tan dispares.

(Fuente de la imagen: http://www.antena3.com/noticias/espana/asi-funciona-mocion-censura-espana_201704275901d6070cf2461b6deb4f2c.html)

miércoles, 23 de mayo de 2018

De niño a leyenda

De niño a leyenda




            Admirado “Niño”: aunque ya lo hice cuando se fue al Liverpool, me parece que está justificado que le dedique un nuevo artículo. Eso sí, manteniendo esa regla inquebrantable de no repetirme ni copiarme a mí mismo. Por eso, esta vez voy a tratar de dejar a un lado mis sobradamente conocidos sentimientos atléticos. Y quisiera centrarme en el hecho de que los deportistas, por encima de muchos otros colectivos, constituyen una referencia o modelo para muchas personas, y especialmente para muchos jóvenes. Por eso es muy importante que, más allá de demostrar (y a veces exhibir) sus sobresalientes condiciones físicas, sepan transmitir ciertos valores. Por suerte, creo que entre los deportistas españoles hay más de uno que resulta admirable por ello. Pero me temo que en el fútbol esa característica no es tan frecuente, de tal manera que nuestros niños terminan percibiendo, las más de las veces, el “no ejemplo” del nivel de vida que llevan, los cochazos y las cambiantes parejas. Cuando no la soberbia o la presunción con la que algunos se expresan. Y no seré yo quien cuestione el derecho de cada uno a llevar la vida que quiera, pero lo bueno sería que haya otra cosa que transmitir: el ejemplo de calidad humana, de capacidad de lucha, de superación, y (no solo en el fútbol) valores como la fidelidad, la lealtad o el sentimiento de “familia” o de “comunidad” (esto último muy importante en un deporte de equipo).



            A mi juicio, usted, aquel “niño” que se ha transformado en leyenda, según el eslogan de estos días, es una excelente muestra de todo lo anterior. Estuvo en el equipo en segunda división, cuando otros se hubieran ido. Cuando se fue, no pensó solo en su dinero, sino mucho más en el que necesitaba el club: el Atleti y usted tuvieron que crecer temporalmente por separado. Se negó rotundamente a celebrar el único gol que le marcó al Atleti con la camiseta del Chelsea. Y a su regreso, ha luchado como uno más, nunca ha reclamado nada, y ha aceptado sin el menor atisbo de queja la decisión del entrenador de ir dándole cada vez menos minutos. Después de haber marcado el gol en la final con la que la selección española inició su senda más gloriosa, ganar el europeo y el mundial, la Champions y la Europa League, ha reconocido que esta Europa League con el Atleti es para usted, en el plano emocional, el más importante de sus títulos. Todo un ejemplo de lealtad, de sentimiento, de nobleza, de coraje y de humildad. Ha demostrado que se puede ser un gran profesional y no renunciar jamás a los sentimientos ni a los valores. Merece el homenaje del último partido de liga con su doblete, y cualquier otro que se le haga. Mucha suerte, Niño. Mucha suerte, don Fernando, legendario Torres. Hasta pronto.


jueves, 17 de mayo de 2018

Música de mi vida: Hevia


Música de mi vida: Hevia




            Habitualmente he dedicado los artículos de esta serie a canciones de mi infancia y juventud. Y es que aquello que nos gustó o llamó la atención en los primeros años de nuestra vida, nos marca probablemente para siempre. En este caso, en cambio, me refiero a un autor cuyo primer disco es de 1991, y su primer gran éxito, por el que casi todos le conocimos (“Tierra de nadie”) data de 1998. Pero no por ello la música de Hevia ha dejado de ser “música de mi vida”, porque representa mejor que nadie lo que significa innovar respetando la tradición. Cualquier asturiano se cría acostumbrado a escuchar las gaitas en todo tipo de eventos y fiestas, aunque no todos la tocan desde los 7 años. Hasta ahí, José Ángel Hevia Velasco podría haber sido “simplemente” un gran gaitero. Pero una cosa es eso, y otra muy diferente inventar un instrumento llamado gaita electrónica, y a partir de ahí revolucionar la tradicional música gaitera, partiendo en muchas ocasiones, de canciones o melodías tradicionales, pero transformándolas para darles un estilo y un toque radicalmente original, innovador, absolutamente híbrido, e incuestionablemente rompedor. Eso solo está al alcance de los genios. Y, por supuesto, como toda obra genial, los primeros discos de Hevia fueron objeto de debate o controversia, su estilo fue cuestionado por los más puristas, tuvo sus detractores y sus partidarios… Como todo es opinable, diré que a mí siempre me pareció fabuloso y extraordinario, y que sin duda ha contribuido enormemente a la difusión y el interés por la gaita y por algunas canciones tradicionales asturianas.



Es imposible aquí hacer una selección de sus mejores canciones. Del excelente disco antes mencionado, aunque parece imposible destacar solo una me decanto por el gran éxito Busindre Reel, canción absolutamente dinámica y casi totalmente instrumental, aunque, entre ese ritmo gaitero casi “pop” se puede escuchar a la señora cantando “Tu non vuelvas máaas a mio casa faciendo ruiu con les madreñes”. Este gran defensor de la lengua y la cultura asturiana ha seguido creando sus particulares versiones de canciones tradicionales asturianas en discos posteriores como “Al otru llau” (2003), pero al tiempo ha ido evolucionando hasta el reciente “Al son del indianu” (2018) en el que vuelve a innovar y resultar rompedor, aplicando su gaita eléctrica a ritmos tan latinos como la bachata, el bolero o incluso el tango, en un particular y precioso reconocimiento a los asturianos que emigraron a América a ganarse la vida y de vuelta dejaron su huella a orillas del Cantábrico; un trabajo construido con esa mixtura de elementos (en este caso, Asturias e Iberoamérica, tradición e innovación) que Hevia maneja mejor que nadie.  

(Fuente de las imágenes: http://www.europapress.es/cultura/musica-00129/noticia-hevia-presenta-danzonete-primer-single-nuevo-disco-son-indianu-20180219121808.html y http://www.diarioinformacion.com/vida-y-estilo/gente/personajes/2013/06/15/hevia-industria-musical-desaparecido-crisis/1385616.html) 

jueves, 10 de mayo de 2018

Ay, humor

El Miradero                                                                          F. Javier Díaz Revorio

Ay, humor



            La palabra “serio” tiene varios sentidos, y en algunos de ellos puede ser contraria a “alegre” o “desenfadado”. Pero si entendemos serio no como “severo en el semblante, en el modo de mirar y hablar”, sino más bien como “real, verdadero y sincero, sin engaño o burla, doblez o disimulo”, o como “grave, importante, de consideración” (que son, probablemente, sus sentidos más positivos), resulta que el que algo o alguien sea serio no solo es compatible con que sea alegre, sino incluso con que resulte ameno o divertido. Lo contrario de divertido no es, desde luego, serio, sino aburrido. Y ser aburrido no es ningún valor. Más bien al contrario, suele resultar positivo utilizar medios amenos, alegres y atractivos para abordar cuestiones serias, siempre que no se confunda el medio y el fin. El sentido del humor resulta saludable tanto a nivel individual como social.


            Creo que, en principio, todo es susceptible de ser abordado con sentido del humor, aunque no toda forma de humor puede legitimar siempre lo que sea objetivamente ofensivo o hiriente. El Tribunal Supremo de Estados Unidos, en Hustler Magazine vs. Falwell, de 24 de febrero de 1988 (uno de los asuntos que refleja la película que se tituló en España El escándalo de Larry Flynt) protege especialmente aquella comunicación que constituye evidentemente una parodia, y no resulta realmente creíble ni verosímil. La libertad de expresión protege todos los gustos, incluso aquello que la mayoría pueda considerar de mal gusto. En general, la jurisprudencia da una mayor protección a aquellas manifestaciones en las que prevalece el animus iocandi. Aunque esto no puede afirmarse de una manera categórica o absoluta, ya que en cualquier mensaje dicho animus puede convivir con un claro animus iniuriandi, y no siempre es fácil determinar cuál prevalece, ni la intensidad de esa intención de ofender o injuriar. A mi juicio, el humor nunca debería ser utilizado meramente como una coartada, excusa o forma de encubrir la intención de lesionar de forma clara el honor, la intimidad, u otros valores constitucionalmente protegidos. En cuanto a los valores o principios colectivos, cada sociedad en cada momento tiene un grado de sensibilidad especial frente a determinados temas, pero en ningún caso ello debería impedir abordarlos con humor. Ese genial castellanomanchego que es José Mota, por ejemplo, siempre ha sabido hacer buen humor sin ofender, aunque muchas veces sus parodias encierren profundas críticas a nuestra sociedad. El humor bien entendido debe empezar con uno mismo. Y en una sociedad que en algunos aspectos parece siempre tensa y a veces hasta desquiciada, el humor es la mejor terapia.

(Fuente de la imagen: https://www.lifehack.org/584343/having-sense-humor-worse-than-being-boring)