jueves, 25 de octubre de 2018

De leones, leonas… y otros

De leones, leonas… y otros




            Los emblemáticos leones que podemos encontrar flanqueando la entrada del Congreso de los Diputados, en la madrileña Carrera de San Jerónimo, tienen una historia curiosa. Aquí no procede que me detenga en ella, pero cabe al menos apuntar que son la tercera pareja de leones que se diseñó para este lugar, y que fueron obra del escultor Ponciano Ponzano, elaborados con el material de los cañones obtenidos en la batalla de Wad-Ras, en 1860. Llevan ahí desde 1865, y los madrileños –y todos los españoles- los han identificado con los capitanes Daoiz y Velarde, considerándolos un homenaje al valor de estos militares en los hechos del 2 de mayo de 1808, y por extensión un emblema de la fuerza y el coraje. Ahora me quiero detener en el hecho de que uno de ellos (el que mira a la izquierda, si nos situamos dejando la fachada del edificio a nuestra espalda) carece de testículos. La explicación de este hecho no está muy clara: tal vez se acabó el metal de los cañones, o la pieza se desprendió en algún momento. Tanto es así que en el año 2012 el Canal Historia inició una campaña para restituir los testículos al león.

 

            Pero hay también una segunda teoría que acaso explique mejor esta ausencia: puede que los leones sean los mismos que los que tiran del carro de la diosa Cibeles, representados no muy lejos en la famosa fuente madrileña. Según la mitología, Atalanta se casaría con el hombre que lograra vencerla en una carrera, lo que consiguió Hipómenes gracias a que Atalanta se agachaba a recoger unas manzanas encantadas que él tiraba, y que a su vez le regaló Afrodita. El caso es que la pareja, feliz y enamorada, hacía el amor en el templo de la diosa Cibeles cuando esta los descubrió, los convirtió en leones y los castigó a tirar eternamente de su carro, sin mirarse. Si los leones del Congreso son también, como los de la Cibeles, Hipómenes y Atalanta, está justificada la ausencia de testículos en esta. Por lo que he podido leer, no he logrado confirmar esta teoría; acaso algún amable lector pueda ofrecer información a favor o en contra. En cualquier caso, si el ejemplar sin testículos es Atalanta, sería una leona con melena, lo cual sería algo extraño… pero también se produce en la fuente de la Cibeles. Sea lo que sea, no hay que hacer ninguna campaña para corregir nada. Siempre explico que la democracia es la decisión de la mayoría, pero también el respeto a toda minoría. Por lo demás, para simbolizar el coraje no hace ninguna falta recurrir a la testosterona. León sin testículos, leona con melena, leónx… su presencia a las puertas de la sede de la soberanía popular desde hace más de siglo y medio es una silenciosa llamada a la tolerancia, la igualdad, y el respeto a la diferencia y la singularidad.    

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