sábado, 7 de julio de 2018

Ciudades de Europa: Pisa

Ciudades de Europa: Pisa





         Si no tuviera una famosa torre inclinada, acaso no sería mundialmente conocida; pero Pisa sería (y es) una tranquila y agradable ciudad, cómoda y llana, cercana a Florencia (con la que comparte río) y al mar Tirreno. Pisa es una importante ciudad universitaria, a la que cada mañana llegan por todos los medios miles de jóvenes, que forman parte del “paisaje humano” de la ciudad. El lector toledano puede hacerse una idea con este dato: con una población similar a la de nuestra ciudad, Pisa alberga una universidad que cuenta con unos 50.000 alumnos. Con o sin su inconfundible torre inclinada, Pisa es una ciudad ideal para el desplazamiento en bicicleta, hasta el punto de que en su centro histórico a veces hay que tener cuidado para no ser arrollado por una de ellas. Aun así, es una ciudad amable, que puede recorrerse cómodamente caminando.

 
            Independientemente de la torre inclinada más famosa del mundo (que no la única), Pisa es una ciudad histórica de primer nivel. Y aunque es verdad que en Italia eso no es noticia ni sorprende; y también lo es que la segunda guerra mundial provocó daños severos que cambiaron su fisonomía, eso no le quita para nada el encanto a todas esas calles de hace décadas, con sus casas, ventanas y persianas italianas y sus típicas lámparas (más que farolas) colgadas en la calle. Ni impide tampoco que conserve un centro histórico mucho más antiguo, y muy valioso. Es inolvidable, por ejemplo, la Piazza dei Cavalieri, con su forma irregular y sus edificios universitarios, entre los que destaca la Escuela Normal. Pero es que, aunque no tuviera la torre inclinada que es la imagen más difundida de la ciudad, tendría, en pleno centro, ese espectacular Campo dei Miracoli, con su enorme iglesia románica, su baptisterio, un cementerio que nadie debería perderse, y… una torre que, aunque no estuviera inclinada, sería una maravilla de la arquitectura románica y permitiría (como permite) desde su parte más alta disfrutar de una hermosa vista de la ciudad y su entorno. Pero como bien sabe el lector, además de todo lo que he dicho, y de lo que podría decir (sin olvidar la excelente gastronomía italiana que es posible degustar en sus restaurantes absolutamente típicos y tradicionales), Pisa tiene una torre inclinada, y por ella recibe miles y miles de personas que continuamente animan (acaso en exceso) ese Campo dei Miracoli; y casi ninguna de ellas se resiste a hacerse una foto provocando el efecto visual o ilusión óptica de estar “sujetando” la torre inclinada. Y como la visito con alguna frecuencia y disfruto perdiéndome en sus calles, me pregunto cuántos de sus efímeros visitantes la abandonarán sin conocer prácticamente nada más…





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