A vueltas con la independencia judicial (I)
Es indudable que la justicia tiene
problemas en nuestro país. Algunos se comparten, en mayor o menor medida, con
otros países próximos, mientras que otros se aprecian de forma más acusada en
España. La lentitud de su funcionamiento no es el menor, ya que lamentablemente
suele ser regla en todo tipo de procesos. La escasez de medios, personales y
materiales, es también una constante en nuestra administración de justicia,
dificultando su funcionamiento ágil y eficaz. No ha de ser casualidad que
varias Comunidades Autónomas, aun teniendo en sus Estatutos incorporadas las
competencias en materia de “administración de la Administración de Justicia”,
no parecen tener especial interés en asumir esa gestión, si no viene acompañada
de medios que permitan mejorarla. La modernización tecnológica parecía que no
iba a llegar nunca, y aunque la reciente implantación de Lexnet va en esa
línea, muchos abogados y operadores jurídicos son todavía críticos con esa
herramienta. Y en fin, se habla mucho de la politización de la justicia, que
derivaría en buena medida del origen político de su órgano de gobierno, el
Consejo General del Poder Judicial, decisivo en materia de ascensos y promociones,
así como en los nombramientos de cierto cupo de magistrados en los altos tribunales.
Yo, desde luego, no voy a defender a
ultranza nuestro sistema de designación y promoción de magistrados, que
posiblemente podría reformarse (aunque lo más importante sería que funcionase
de acuerdo con su espíritu). Pero creo que hay que analizar las situaciones con
algo más de objetividad, y situar los problemas en su justa dimensión. Desde
esta perspectiva, y en términos globales, me atrevo a afirmar que la
independencia judicial, auténtico baluarte de la separación de poderes, no goza
de mala salud en España si se compara con otros lugares. Creo que en general la
justicia actúa de forma independiente y trata de resolver las controversias
jurídicas superando las (incuestionablemente existentes) presiones y
condicionamientos sociales y políticos. Tal vez, a veces hay que temer más la
posibilidad de que algún juez quiera, en este circo mediático en el que se ha
convertido nuestra sociedad, ocupar un rol protagonista, que el hecho de que
vaya a actuar bajo presión del poder político. Desde luego, hay casos muy
llamativos en los que toda la sociedad pone el foco. Indudablemente, uno de
ellos ha sido el proceso penal del que han sido parte Cristina de Borbón e
Iñaki Urdangarín. Ahora muchos han criticado duramente la sentencia, por ser
presuntamente “blanda” en el castigo, especialmente con la hermana del actual
rey. Pero conviene analizar despacio la situación. Para muchos, la culpabilidad
de ambos era una verdad incuestionable desde el minuto cero. Y claro, entonces
la absolución penal de la infanta (aunque haya venido acompañada de una multa
para compensar su beneficio a título lucrativo) ha parecido absolutamente
injusta, y se especula con todo tipo de motivaciones. Nada importa que se trate
de delitos complejos, que las propias acusaciones hubieran discrepado al
respecto (y la única que sostenía la culpabilidad está bajo sospecha de
actuación ilícita) y que los jueces hayan estudiado el asunto durante años,
generando sumarios de miles de páginas. Algunos ya habían juzgado y condenado,
sin pruebas ni atención a derechos procesales. En nada contribuimos a la
independencia judicial ni al correcto funcionamiento del Estado de Derecho si
no respetamos decisiones que son a todas luces respetables.
(Fuentes de las imágenes: http://www.mercado.com.ar/notas/dossier/2711133/polticas-para-garantizar-la-independencia-judicial y https://josemariadepablo.com/2012/07/03/la-falta-de-independencia-del-poder-judicial-i-el-problema-mas-grave-de-la-justicia-en-espana/)
(Fuentes de las imágenes: http://www.mercado.com.ar/notas/dossier/2711133/polticas-para-garantizar-la-independencia-judicial y https://josemariadepablo.com/2012/07/03/la-falta-de-independencia-del-poder-judicial-i-el-problema-mas-grave-de-la-justicia-en-espana/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario