Permítanme que insista
Aunque soy más bien “de letras”, la
misma noche electoral del 20-D hice cuentas, y al día siguiente publiqué un
artículo propugnando un Gobierno que, con uno u otro formato y con una u otra
presidencia, tuviera el apoyo de PP, PSOE y Ciudadanos. Casi tres meses
después, y tras una investidura ofrecida (que no propuesta) y no aceptada por
el candidato, y otra rechazada por el Congreso, y demasiados errores y torpezas
cometidos por demasiados representantes políticos, creo que, acaso con menos fe
pero no con menos convicción, hay que insistir en que esa es la única salida
que evitaría unas nuevas elecciones con un resultado probablemente similar, que
nos conduciría a una especie de deja vu
de meses y meses en los que todos repiten machaconamente lo mismo. Desde mi
punto de vista, los acontecimientos conducen a reafirmar la conveniencia de un
acuerdo en esta línea, y quizá lo único que ha cambiado es que cada vez parece
más claro que dicho pacto no debe conducir a un Gobierno presidido por ninguno
de los dos que se han empecinado precisamente en hacer inviable cualquier
opción que no sea la de presidir ellos, es decir, Rajoy y Sánchez. Así que
habrá que buscar a otro candidato, pero eso después. Las razones que siguen
aconsejando este acuerdo ya las expuse, y pueden sintetizarse en la
imposibilidad de un Gobierno apoyado por un solo partido o por dos (excepto la
combinación PP-PSOE, que se antoja imposible sin la mediación de C´s), o de un
pacto que incluya a la vez a C´s y Podemos; en lo pernicioso que sería un
Gobierno con el apoyo explícito o implícito de los independentistas; en que la
combinación que propongo sería la única capaz de reformar la Constitución; y en
que los tres partidos mencionados, a pesar de sus diferencias notorias en
algunos aspectos, son los que más tienen en común en las cuestiones esenciales,
que son las de sistema.
Pero para ello habría que evitar
algunas de las prácticas que insistentemente vemos cada día. Para empezar, no
se debe comenzar un Gobierno por la persona del presidente o por el reparto de
ministerios, sino por el programa. Y aunque es verdad que nuestro procedimiento
de investidura parece apuntar a lo contrario, ya que empieza con la propuesta
del candidato que habrá de ser presidente, el margen que ha dado el rey al no
iniciar nueva ronda de consultas facilitará una manera de actuar más adecuada.
En segundo lugar, resultan patéticas las discusiones de estos últimos días
sobre quién ha de llevar la iniciativa, quién tiene que llamar a quién, sobre
si un candidato puede sumar a su grupo a todos los diputados de otro grupo para
exigir liderar él el Gobierno; o sobre si los candidatos o comisiones
negociadoras han de reunirse de dos en dos, de tres en tres o de cuatro en
cuatro. Lo importante es sentarse y negociar, y creo para llegar un acuerdo
entre tres es mucho más fácil sentarse desde el principio los tres. Por último,
resulta absurdo exigir que la base de cualquier acuerdo sea precisamente un pacto
previo alcanzado solo por dos, del que fueron excluidos quienes ahora se pide
que lo apoyen, y que ha sido ampliamente rechazado en el Congreso. Hay, sin
duda, algunos puntos muy positivos y razonables en ese pacto entre PSOE y C´s, que
sin duda han de permanecer en un hipotético programa conjunto final, pero eso
es algo muy diferente a convertir ese pacto en un bloque inalterable al cual
los demás solo puedan adherirse, o solo añadir pero no modificar nada. En fin,
hay opciones, pero con discusiones bizantinas sobre procedimiento o sobre
candidatos, las mismas se alejan cada día.
(fuente de la imagen: http://www.periodistadigital.com/24por7/futbol/2015/03/15/sabes-de-que-equipo-de-futbol-son-pablo-iglesias-mariano-rajoy-pedro-sanchez-o-albert-rivera.shtml)
No hay comentarios:
Publicar un comentario