Ex_Machina
La
temática de la inteligencia artificial es relativamente novedosa. Pero el cine
ya lleva ya décadas dedicándose a ella, ya que el exitoso género de la
ciencia-ficción permite especular sobre el futuro desarrollo de lo que desde
hace cierto tiempo se intuye que puede ser una revolución científica de
consecuencias aún impredecibles. Y así, máquinas y robots inteligentes son
protagonistas hace tiempo, poniendo sobre el tapete la cuestión de sus semejanzas
y diferencias con los humanos. Ya la novela orwelliana “1984”, publicada en
1949, tuvo una versión cinematográfica en el año de su título; pero dos años
antes, fue probablemente Blade runner, a
mi juicio una auténtica obra maestra, la película que introduce la cuestión de
las posibles consecuencias de unión de la Robótica y la Biotecnología, sin
dejar de lado las reminiscencias teológicas de la cuestión (las implicaciones
filosóficas y jurídicas de esta película son tales que han justificado un análisis
de Javier de Lucas en el libro homónimo publicado en 2003 por la editorial
tirant lo blanch). Ello pone de relieve que los límites o perfiles de la
condición humana son mucho más difusos de lo que puede parecer a primera vista
(lo que también destaca, en otro ámbito, la serie y las películas de “Star Trek”,
objeto de un magistral análisis por Robert Alexy y Alfonso García Figueroa en
la misma colección). “Matrix” y sus secuelas son dignas de mención en esta
misma línea de reflexión (puede verse el libro de Íñigo de Miguel sobre el
tema, también en tirant lo banch), siendo menos profundas (pero decididamente
entretenidas) la películas de la serie “Terminator”, y totalmente prescindible,
por el salto que se da de la ciencia-ficción a la pura fantasía, la “Inteligencia
Artificial” de Spielberg. El antecedente más próximo es quizá “Her”, que ya
mereció mi comentario y me pareció muy interesante al introducir la cuestión de
si la máquina es capaz de amar al ser humano, y a la inversa.
Con
todos estos antecedentes, las posibilidades de innovación de una película como
“Ex_Machina” parecían escasas. Pero a mi juicio, sin negar la relación con
algunas de las películas mencionadas, tiene su propio perfil y realiza una
aportación autónoma y diferente. Por ejemplo, como “Blade runner” reflexiona
sobre la criatura que se rebela frente al creador; como “Matrix” y otras de las
mencionadas, apunta el riesgo de que las máquinas se hagan con el control
(derivado probablemente de la soberbia del propio ser humano); como “Her”,
plantea la posible atracción entre hombre y máquina-mujer. Pero en realidad, en
“Ex_Machina” el centro de atención está en la atracción física entre el ser
humano y la máquina. La película nos muestra a una robot-mujer que es
visiblemente robot (el espectador no puede olvidar eso porque no deja de
mostrarse) pero resulta física y personalmente atractiva. Nos muestra así una
atracción íntegra, y por ello también sexual. Ese deseo y esa atracción son parte
de la identidad y de la propia definición humana, algo que tal vez una máquina inteligente
no es capaz de sentir, pero sí de conocer y utilizar. Todo ello planteado con
una sutileza y elegancia que resultan preciosas. Un buen guión y un gran
trabajo de los tres actores protagonistas hacen el resto para que la película
resulte realmente muy interesante.
(imagen tomada de http://www.jotdown.es/2015/03/ex_machina-de-dioses-gruas-y-pendejas/)
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