miércoles, 4 de febrero de 2015

Birdman

Birdman


            O la inesperada virtud de la ignorancia. La verdad es que acudí a ver la película con algunos prejuicios en contra y otros a favor. En contra, porque la temática y el argumento no me decían demasiado. Nunca me han gustado mucho las películas sobre la vida de los actores, sus dificultades y su dureza, o en las que el mundo del cine se mira al ombligo. Cada uno tiene bastante con lo suyo y no voy al cine a enterarme de las penas de los que hacen cine. Por eso las penas y desventuras de un actor que tuvo gran éxito y ha ido a menos no me parecen un argumento especialmente poderoso. A favor, sobre todo, la dirección de González Iñárritu, que nos ha ofrecido muy buenas películas como “Amores perros” o “21 gramos”, y alguna absolutamente genial como “Babel”, aunque también me ha decepcionado en otras como “Biutiful”. He decir que “Birdman” satisface las expectativas generadas en este aspecto, pues sin llegar al magistral nivel de “Babel” (que es para mí una auténtica obra maestra) se mantiene en la línea de las buenas películas de este director mexicano. Y, por otro lado, supera en cierto modo el hándicap apuntado sobre el tema y el argumento aparentemente poco atractivo.


            Y ello porque en realidad no puede entenderse como una simple descripción de la vida de quien fuera actor muy famoso merced a la interpretación de un superhéroe, y ahora sobrevive buscando el retorno del éxito (Riggan Thomson, papel interpretado por Michael  Keaton, y es inevitable apreciar algunas similitudes entre la historia del personaje y la del actor…) Muy por encima de eso, es una película que nos habla de la necesidad de sentirnos reconocidos, de que los demás valoren nuestro trabajo. Tal vez incluso sobre el éxito y el reconocimiento como sustitutos del amor. No es simplemente la historia de una persona que antepone su profesión a su familia, sino el retrato de alguien que prefiere ser admirado a ser querido, de alguien que se obsesiona con el éxito por encima de cualquier otra cosa. Además de esta profundidad en la transmisión del  mensaje, que como digo es muy superior a lo que sugiere su planteamiento, hay que destacar la muy cuidada y sofisticada técnica narrativa. Los expertos en cine han destacado alguna de estas técnicas como el plano secuencia, pero cualquier espectador puede apreciar además de estos elementos la combinación de elementos realistas o aparentemente imaginarios en las mismas escenas, en definitiva una aparente fusión entre realidad y ficción que resulta llamativa y desconcierta al espectador. Estas técnicas, sin duda atractivas, están además justificadas porque se ubican al servicio de la transmisión de una idea. Así, por ejemplo, gracias a estas técnicas la película logra expresar de forma absolutamente contundente cómo al protagonista (como en alguna medida nos puede suceder a todos) le persigue su pasado imposibilitándole liberarse de lo que ha sido. Y buscando recuperar la vieja gloria, es capaz de obsesionarse y hacer lo que sea, porque en definitiva el personaje ha dominado y vencido por completo a la persona. En fin, una película muy poco convencional en la que es difícil prever lo que va a pasar, aunque acaso en eso el director a veces “engaña” al espectador llevándole a pensar lo que él quiere. En todo caso, un largometraje digno e interesante, que se disfruta y da qué pensar. 

(Imagen tomada de http://www.milenio.com/hey/cine/Birdman-Alejandro_Gonzalez_Inarritu-Inarritu-Festival_de_Venecia_0_361764031.html )

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