miércoles, 14 de enero de 2015

La transición en Toledo

La transición en Toledo


            
Lo confieso: mi primera impresión al hojear el libro de J. Andrés López Covarrubias publicado en Ediciones Covarrubias y titulado La transición en Toledo (1973-1983). Imágenes para el recuerdo, fue un poco deprimente, porque me di cuenta de que un libro con imágenes tan antiguas y en blanco y negro reflejaba ambientes, personajes y circunstancias demasiado familiares para mí. Si un libro refleja un período cuyo inicio se sitúa hace 42 años, y me resulta plenamente cercano y familiar… es que ya vamos siendo algo mayores. Luego me consolé al ver, por ejemplo, a un jovencísimo Príncipe Juan Carlos inaugurando el centro de Universidades Laborales “Blas Tello” (o todavía bastante joven, pero siendo ya rey, en otras fotos posteriores), a Luis Aragonés inaugurando el “Salto del Caballo”, a Adolfo Suárez jurando su cargo como presidente, o a Felipe González votando en las elecciones de 1982; o en el ámbito más propiamente local, a Bahamontes votando en las elecciones casi dos décadas después de ganar su tour, o a Juan Ignacio de Mesa, Joaquín Sánchez Garrido, Jesús Fuentes Lázaro, o José Bono, hechos prácticamente unos chavales. Y entiéndame bien los lectores (y sobre todo si alguno de los aludidos llega a leer este comentario): salvo los tristemente fallecidos, los mencionados se conservan más que razonablemente bien, pero uno no deja de pensar que… el tiempo pasa para todos.


            Y una vez asumida esa idea incontestable, el libro al que me refiero no deja de ser para cualquier toledano de mi edad (o mayor…), una magnífica oportunidad de recordar y revivir aquellos tiempos, que hoy nos parecen entrañables, no sé si porque siempre lo suelen ser los recuerdos vinculados a esa “verdadera patria” que es la infancia y la adolescencia, porque verdaderamente en la transición muchos teníamos la sensación de que las cosas estaban cambiando y que se estaba construyendo una España mejor, porque con el tiempo todo lo bueno se idealiza, o porque como decía el poeta, “a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor”… O un poco por todo ello junto. El caso es que es muy grata la oportunidad que nos da esta publicación de viajar a esos recovecos de la memoria adonde no se puede ir físicamente. El libro tiene una estructura muy bien ordenada, yendo de año en año, y en cada año, primero un breve contexto de lo que pasó en el mundo y en España, para pasar después a la crónica de lo sucedido en Toledo y a las imágenes del momento, constituyendo por tanto un instrumento didáctico  y útil, quizá especialmente para los más jóvenes, a quienes brinda posibilidad de conocer ordenadamente aquello de lo que sus mayores les han hablado. Para los que somos un poco mayores, y además toledanos, los carteles electorales de los 70, el Dodge, el 850, el 1500, el Simca 1000, el Renault 12 o el Seat 124, el Colegio Maristas, Félix Rodríguez de la Fuente, el Papa Juan Pablo II en Toledo, los “campos de don Gregorio” al lado de la avenida de Europa, “la Normal”, “los bloques”, la Universidad Laboral, y tantos otros objetos, personajes y escenarios, son directamente recuerdos propios, y es muy de agradecer que este libro nos los recupere por un rato…       

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