jueves, 22 de enero de 2015

Dos científicos

Dos científicos

            Después de unas fiestas navideñas un tanto “insulsas” cinematográficamente hablando, la cartelera se anima en este enero de 2015. Tanto, que tengo recomendaciones a pares para mis lectores, así que en esta ocasión voy a ensayar un “comentario doble”. Las circunstancias también lo permiten, porque “The imitation game” y “La teoría del todo”, que son los dos largometrajes a los que me quiero referir, tienen más de un elemento en común. Para empezar, lo obvio: ambas películas narran parte de la vida de dos importantes científicos británicos. La citada en primer lugar, la de Alan Turing, quien durante la segunda guerra mundial logró crear una máquina que descifró los códigos secretos creados por la máquina de los nazis “Enigma”, lo cual tuvo una trascendental incidencia en el curso de la guerra, y por ello el ingenio de este matemático está considerado uno de los antecedentes inmediatos de la informática actual. En cuanto a la “Teoría del todo”, como es sabido narra el período de la vida del famosos físico Stephen Hawking junto a su primera esposa, Jane.



            Pero las similitudes entre estos dos films no acaban ahí. Los dos se centran en personas extraordinarias por su inteligencia, pero que han tenido que vivir una situación de marginación; y no solo la que suele ser inherente al genio que tiene que convivir en una sociedad mucho más mediocre y estereotipada en cuanto al tipo de comportamiento, sino también la que suele sufrir quien pertenece a determinadas minorías, sobre todo en el contexto de las épocas que vivieron: Turing era homosexual, y Stephen Hawking ha tenido que afrontar durante buena parte de su vida las consecuencias de una terrible enfermedad neurodegenerativa. Y, sin comparar obviamente las situaciones, para ambos esa circunstancia ha generado dificultades y ha marcado su vida. Todavía más: estas dos películas tienen también en común la presencia de singulares historias de amor, aunque eso sí diferentes en cada caso. En “The imitation game”, la película, acaso dejando un poco de lado otras relaciones que debieron ser mas importantes para él, enfoca la hermosa relación del matemático con su compañera en el proyecto, basada en la admiración recíproca y en los intereses compartidos;  acaso a ella eso le hubiera bastado para sostener una relación matrimonial feliz aun a sabiendas de la homosexualidad de Turing, pero porque en realidad imaginaba algo imposible. Por su parte, “La Teoría del todo” se centra en la relación entre Stephen y Jane, una preciosa historia de amor en la que aparentemente se da la paradoja de que ambos fueron capaces de luchar y vencer a la enfermedad y a todas las inmensas dificultades que hubieron de afrontar, pero no de mantener esa relación a partir de cierto momento, acaso porque la única dificultad insuperable fue que el amor se perdió para transformarse en una “simple” amistad, y solo entonces fue cuando apareció el cansancio. En fin, por supuesto ambas películas tienen luego muchas diferencias de concepto y de enfoque (la más obvia, que la historia personal del científico es en “The imitation game” el trasfondo, mientras que en  “La Teoría del todo” constituye el auténtico primer plano), pero las dos merecen la pena, por el interés de la historia, por la corrección narrativa, por el buen guión y el magnífico trabajo de los actores, especialmente en el caso de Eddie Redmayne (Hawking), que bien podrá merecer un óscar, y el de Felicity Jones.



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