miércoles, 15 de octubre de 2014

¿Desaparecerá el capitalismo? (y II)

¿Desaparecerá el capitalismo? (y II)



            La semana pasada terminábamos hablando de la llamada “economía colaborativa” para describir el nuevo modelo económico hacia el que tal vez avanzamos.  Se trataría de una evolución del sistema en la que el acento ya no está tanto en la propiedad privada y el lucro, sino en la voluntad de compartir para beneficio de todos, y que vendría de la mano del acceso global a internet. Jeremy Rifkin, uno de los economistas teóricos (aunque también práctico, pues ha asesorado a Merkel, Hollande o Renzi) partidarios de esta concepción, ha publicado diversos textos sobre la cuestión. Hace algunas semanas concedía una muy interesante entrevista a un diario español, en la que explicaba que el tránsito del capitalismo a la economía colaborativa ha comenzado ya, y será un hecho consumado en 2050. Se trataría en realidad de una evolución del propio capitalismo hacia un sistema mixto. Si, según Rafkin, todas las grandes revoluciones han venido de la mano de transformaciones en las tecnologías de la comunicación, la energía y el transporte (por ejemplo, la impresión mecánica, el carbón y el ferrocarril en el siglo XIX, o el teléfono, el petróleo y el automóvil en el XX), ahora internet va a revolucionar los tres elementos. Es lo que llama el “Internet de las Cosas”, que permite la comunicación entre personas, pero también la conexión entre seres humanos y aparatos a través de sensores, e incluso la creación de objetos mediante las impresoras 3D. Todo ello está suponiendo un cambio de paradigma, de manera que se universaliza y abarata el acceso a bienes y servicios, pero también su producción. Ya nos somos productores o consumidores, sino “prosumidores”,  y no importa tanto la propiedad como el acceso a la experiencia o el uso, que muchas veces puede hacerse sin costo mediante la vía colaborativa. Cuando todo esto rompa la barrera de internet y se generalice, la economía colaborativa será un hecho.
           


Yo, sinceramente, no sé si la economía colaborativa será una realidad tan pronto como sugiere Rifkin, ni tampoco si su teoría no peca de exceso de optimismo sobre la condición y los intereses humanos. Pero es un hecho que las nuevas tecnologías han revolucionado ya todos los aspectos de nuestra vida, transformando la posición habitualmente pasiva del ciudadano común, en una posición claramente activa. Por poner un ejemplo, cualquiera puede tener una página web, un blog o una cuenta de twitter, así que de algún modo toda persona es ya un medio de comunicación. Es indudable que internet es un medio propicio para la colaboración y el intercambio gratuitos o a muy bajo coste, y aunque es obvio que en la red se juntan personas de toda condición (como en la “vida real”), también es verdad que genera un contexto en el que todos tendemos a sentirnos más iguales, y probablemente eso da pie a una curiosa sensación de solidaridad. Es verdad que el capitalismo provoca desigualdades, pero sus alternativas (en muchas ocasiones fundadas en la creencia en la bondad y el altruismo del ser humano) no han sido hasta ahora capaces de generar riqueza; y aunque estoy seguro de que esta evolución del mismo no nos conducirá al paraíso, quiero creer que podría desembocar en un sistema más amable y más accesible para todos. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario