Pretty woman
Dice
la letra de una canción de Sabina que “no hay nostalgia peor/ que añorar lo que
nunca jamás sucedió”. Yo, por mi edad (que en modo alguno considero necesario
desvelar a mis lectores), me perdí casi todos los años 60, y solo a mediados de
los 70 logro ubicar algunos de mis primeros recuerdos. Así que la excelente
música de aquella época, desde los Beatles hasta los Rolling, pasando por los
Beach Boys que ahora vuelven a realizar una gira, entre tantísimos otros, la
recuerdo por haberla escuchado posteriormente. Y sin embargo me gusta, y de
alguna manera me transporta a esa época que no llegué a vivir, y que
inexplicablemente termino por añorar. Esto es algo que me pasa especialmente
con Roy Orbison, cuyos éxitos por lo demás empezaron a mediados de los 50, así
que son todavía algo más lejanos en términos estrictamente cronológicos. Y sin
embargo, resultan extrañamente evocadores y familiares, porque de alguna manera
forman parte de mi vida desde que alcanzo a recordar. Me encantan muchas de
estas canciones, y me resultaría muy difícil hacer una selección, pero me
atrevería a destacar “Only the lonely”, “You got it”, “In dreams”, “Blue
angel”, “California blue”, o “Dream baby”. Y, por supuesto, “Oh, pretty woman”,
esta mítica canción de 1964, que por tanto cumple ahora cincuenta años.
Cuentan
las crónicas (o sea, la Wikipedia), que cuando se publicó este sencillo logró
romper la hegemonía que en ese momento tenían los Beatles en el “top ten” en Estados
Unidos, y que logró vender más copias en los primeros diez días de venta que
cualquier otro disco de 45 rpm hasta ese momento. Para ser del todo sincero, no
me parece que su letra sea exactamente lo más espectacular que he oído (sería
algo así como “mujer guapa/ bajando por la calle, mujer guapa, de la clase que
me gusta encontrar/ mujer guapa/ no creo en ti, no eres real/ nadie podría
parecer tan buena como tú”… y mejor no
sigo). Pero bueno, si lo vamos a ver, “Garota de Ipanema” (otra canción que me
encanta, de 1962, y que sin duda merecería su propio comentario) no es mucho
más profunda en términos intelectuales, y también ha logrado convertirse en uno
de los iconos de la época y en una canción universal. Sea como fuere, “Pretty
woman” tiene el inconfundible ritmo de Orbison, y ese estilo, mitad romántico y
pausado, mitad rockabilly, que la hace a la vez agradable, marchosa y pegadiza.
Es claro que la canción se ha ido
reeditando y ha sido objeto de diferentes versiones, lo que ha permitido que se
mantenga viva. Sin duda, su incorporación a la banda sonora de la película
homónima en 1990 contribuyó a su difusión entre las nuevas generaciones. Por
cierto, parece increíble que hayan pasado ya casi 25 años de esta película, que
de cualquier modo, si se la contempla sin demasiadas pretensiones, aguanta con
dignidad el paso del tiempo, y tiene algo que hace funcionar la simple historia
entre Gere y Roberts. En fin, volviendo a la canción de Orbison, me sigue
gustando lo suficiente para dedicarle este “miradero” en su quincuagésimo
aniversario…
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