Que
se quede “El caballero”
El
“año Greco” avanza rápidamente, y la ciudad de Toledo está notando de forma
evidente sus efectos, sobre todo en el número de personas que nos están
visitando, y en la gran demanda existente para visitar los “espacios Greco”. La
exposición principal “El griego de Toledo” ha ampliado sus horarios para
intentar ampliar las posibilidades de visita, y ya casi es imposible lograr
verla en fin de semana. Es una pena que dure tan poco tiempo, porque sin duda
se trata de una reunión absolutamente excepcional de interesantísimos cuadros
del genial pintor, habitualmente dispersos en todos los museos del mundo, y
hubiera sido maravilloso que la ciudad pudiera disfrutarla durante una mayor
parte del año. Pero parece que poco se puede hacer al respecto. En cualquier
caso, y aunque todavía quedan muchos eventos y exposiciones vinculados a la
figura del genial pintor cretense-toledano, conviene ir pensando en la posible
huella del “año Greco” para la ciudad, de tal manera que los efectos positivos
de la conmemoración se prolonguen de algún modo en el tiempo, contribuyendo así
a una cierta revitalización de nuestra ciudad.
A
este respecto, ha surgido una iniciativa muy interesante, auspiciada por Jorge
Miranda (que ya alumbrara la idea de la conmemoración del “año Greco”) y a la
que pronto nos hemos sumado con entusiasmo un grupo cada vez mayor de
toledanos. La idea es que pueda quedarse en Toledo un cuadro emblemático de
Domenikos Theotocopoulos, añadiéndose a los que tienen aquí su ubicación permanente.
Y con ese propósito parece difícil elegir una propuesta más oportuna que “El
caballero de la mano en el pecho”, ya que este cuadro reúne varios requisitos
que hacen pensar que su permanencia en Toledo sería muy positiva, y además
factible. En primer lugar, es sin duda uno de los cuadros más emblemáticos del
pintor de manera que, sumándose a los que habitualmente están ubicados en
nuestra ciudad, afianzaría para siempre la consideración de esta como “sede
Greco”. En segundo lugar, por la vinculación en concreto de este cuadro con
Toledo, no solo por haber sido pintado aquí, sino también porque el anónimo
personaje retratado, sobre cuya identidad tantas teorías se han formulado, pudo
ser un ciudadano de Toledo, porta una espada toledana y sin duda estaría
inspirado en algunos de los modelos que El Greco encontraba entre sus paisanos.
Por último, tratándose de una obra propiedad del Patrimonio Nacional ubicada
habitualmente en el Museo del Prado, su cesión a Toledo puede realizarse con
más facilidad, como un simple depósito en cualquiera de los museos de
titularidad estatal de la ciudad, que puede someterse a cuantas condiciones y
garantías se considere. En fin, creo que todo son ventajas para Toledo, y aun
consciente de que el objetivo supone un reto difícil, creo que por todos los
motivos apuntados, merece la pena intentarlo. Y por ello me permito exhortar a
todos los toledanos y amigos de la ciudad, a suscribir el manifiesto de apoyo a
esta iniciativa.
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