El
mejor guía de Toledo
Rufino Miranda, una de las personas
más conocidas y queridas en Toledo, se nos ha ido a la edad de 90 años. Toda la
ciudad siente su pérdida, y también la región de Castilla-La Mancha, y las
autoridades que representan a ambas han hecho pública su expresión de
condolencias. Era Rufino una persona polifacética, historiador y escritor que
siempre tuvo Toledo como objeto central de su labor. Pero realmente su faceta
más destacada era la de auténtico experto en una ciudad que conocía a la
perfección, y cuya Historia y Arte sabía enseñar y difundir tan bien como las
mil y una historias, historietas, anécdotas, leyendas y chascarrillos que podía
contar sobre cualquier lugar, rincón o personaje vinculado a Toledo.
No hace mucho tuve la oportunidad de
disfrutar de sus enseñanzas en tres lugares emblemáticos de la ciudad: Tavera,
los conventos de San Pedro Mártir y Madre de Dios, y la Catedral. En esas
ocasiones pude comprobar una vez más sus enormes conocimientos, su sentido del
humor, su carácter simpático, cercano y dicharachero, pero al tiempo elegante y
señorial. La espontaneidad y naturalidad de sus exposiciones, y su
impresionante capacidad de improvisación, resultaban asombrosamente compatibles
con el previo estudio (o revisión del estudio) concienzudo y riguroso de cada
lugar a través de muchos libros y lecturas. Como ejemplo entre tantas anécdotas
puedo decir que, tras describir in situ
y de forma magistral mil y un detalles de la sillería del coro de San Pedro
Mártir, ubicando a cada santo en su lugar, me comentó que en ese lugar concreto
era la primera vez que estaba… Era, incluso en su edad avanzada,
sorprendentemente capaz de hacer un larguísimo excurso y volver exactamente al
punto en el que estaba, de mencionar mil curiosidades y jamás perder el hilo de
la exposición. Con estas líneas quiero rendirle mi modesto homenaje, y
trasladar a toda su familia mis más sinceras condolencias. Rufino se merece
todo homenaje o reconocimiento que la ciudad y la región puedan hacerle, por
suerte los tuvo ya en vida (por ejemplo en 2012 fue nombrado Hijo Predilecto de
Toledo), y varias generaciones le recordaremos siempre, pero sería buena
cualquier iniciativa dirigida a perpetuar su memoria, por ejemplo que la ciudad
a la que tanto amó le dedique una calle.
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