El Miradero F.
Javier Díaz Revorio
El
“Cholo”
Hay, sin duda, temas mucho más
importantes y preocupantes que el fútbol, pero eso no significa que este
deporte-entretenimiento-espectáculo-negocio no nos pueda transmitir a veces
enseñanzas significativas, pues en muchos aspectos es un compendio o símbolo de
la vida misma. Yo nunca he ocultado mi afición-pasión por el fútbol, ni mi
“debilidad” por la selección española, el Atlético de Madrid, y por supuesto el
Toledo. El caso es que la presente temporada futbolística se había presentado
una vez más como un duelo entre los dos “grandes” sin que los demás parecieran
contar para nada. Todo era Real Madrid-Barcelona, Mourinho-Vilanova,
Cristiano-Messi. A punto de acabar la temporada, y aunque no deja de ser significativo
que por segundo año consecutivo ninguno de los dos grandes ha cumplido sus
expectativas a nivel europeo, hay que reconocer y destacar que el F.C.
Barcelona ha sido dominador y justo ganador de la Liga. Pero hay otros aspectos
no menos significativos. El Atlético de Madrid, que en términos presupuestarios
queda muy por debajo de estos dos equipos, se ha afianzado como otro “grande”
de España, sumando a los dos títulos de 2012 (Liga Europa y la antológica
Supercopa de Europa brillantemente obtenida ante el dificilísimo Chelsea), la
Copa del Rey obtenida el pasado viernes. Desde luego, toda final es un partido
abierto, y en este pudo pasar de todo, pero creo, por un lado, que el mérito
del Atlético va mucho más allá de ese partido, pues ha estado toda la temporada
en los puestos más altos de la tabla y la clasificación directa para la
Champions es muy meritoria; y por otro, que aunque la suerte siempre tiene que
estar de lado para conseguir los éxitos, el Atlético en la final la buscó con
más convicción y ahínco que su rival.
Desde luego, el éxito del Atlético
se debe a todo el equipo, pero creo que quien mejor lo personaliza es
precisamente quien ha logrado implantar ese concepto de equipo. El “Cholo”
Simeone ha demostrado ser no solo un gran técnico, sino un excelente líder. Ha
logrado transmitir a los jugadores la fe en sus posibilidades. Precisamente
poco antes de la final de Copa enfatizaba la idea de que una victoria atlética
podía simbolizar el mensaje de que los objetivos se pueden lograr cuando se
persiguen con firmeza, de que no siempre el que tiene más medios o aparece como
más poderoso tiene todas las de ganar, de que los más modestos pueden conseguir
lo que se propongan, aunque les haya de costar mucho más esfuerzo. Esa idea,
demostrada por el Atlético desde que él llegó, merece, en el fútbol y en la
vida, la mayor consideración.
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