jueves, 22 de marzo de 2018

Lujo

Lujo




            Una cosa es que la Real Academia Española tenga que adaptarse y recoger, en la medida y en el momento procedente, los cambios que se consolidan en el uso de la lengua, y otra que tenga que ir modificando acepciones o incluyendo palabras al ritmo que le marquen los grupos de presión. Es curioso, por ejemplo, lo fácil que ha sido cambiar una acepción de la palabra “fácil”, si se me permite la reiteración. La acepción que hasta hace muy poco decía “Dicho de una mujer: Liviana en su relación con los hombres”, ha sido rápidamente sustituida ante la protesta de algunos colectivos feministas, y ahora la versión web del Diccionario dice “Dicho de una persona: Que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales”. Sin embargo, parece que va a ser algo más complejo atender la reivindicación del Círculo Fortuny, asociación española representante de las empresas de alta gama, en el sentido de que se revise el sentido de la palabra “lujo”. Las noticias reflejan que Carlos Falcó, marqués de Griñón y presidente de dicha asociación, explica que en el diccionario esta palabra tiene que ver con "algo reservado a los ricos y que, de alguna manera, es ocioso y no sirve para nada". Los tres sentidos de esta palabra según la RAE son: “1. Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo. 2. Abundancia de cosas no necesarias. Y 3. Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo”. Ciertamente, todos ellos hacen alusión a algo excesivo o exagerado, que acaso sin mayor justificación va más allá de lo necesario. Y es posible que, en la práctica, eso haya ido adquiriendo un cierto tinte peyorativo. En todo caso, parece que el presidente de honor del Círculo Fortuny, Enrique Loewe, ha obtenido del director de la RAE, Darío Villanueva, el compromiso de buscar una definición mejor, lo que sin embargo llevará su tiempo, teniendo en cuenta además que cualquier modificación tienen que aprobarla todas las academias de la lengua española del mundo (aunque sinceramente desconozco si la vertiginosa modificación de “fácil” ha seguido todo ese proceso).

            En mi opinión, siendo cierto ese sentido a veces peyorativo de “lujo”, las acepciones presentes deben mantenerse, porque se corresponden con usos comunes de la palabra en el español hablado y escrito. Otra cosa es que, además de esas acepciones, se incorpore otro sentido que haga referencia a un uso también común de la palabra, pero diferente. Para Carlos Falcó, es un lujo degustar el primer aceite de la cosecha junto a su hija. Para cualquiera, puede ser un lujo disfrutar de los amigos, de la familia, o tener como colegas a grandes maestros, por poner un ejemplo. No hay nada excesivo en ello, aunque sí tal vez un cierto sentimiento de algo excepcional o, en el mejor sentido, “privilegiado”. Para mí, por ejemplo, es un lujo tener lectores asiduos, fieles y críticos.

(Fuente de las imágenes: http://www.travelonluxury.com/places/vacaciones-de-lujo-en-dubai-luxury-holidays-in-dubai/ y https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-03-10/el-lujo-de-verdad-como-lo-han-redefinido-las-elites-para-apartar-a-los-nuevos-ricos_1166085/)

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