Blas
de Lezo
En Cartagena de Indias, esa preciosa
ciudad sobre la que tengo pendiente un comentario en la serie “ciudades de
Latinoamérica”, a los pies del castillo de San Felipe de Barajas, una estatua
recuerda a Blas de Lezo. Allí todo el mundo sabe quién fue y le llaman “don
Blas de Lezo”. Aunque debería ser innecesario recordarlo en España, me temo que
no lo es del todo, así que cabe apuntar que se trata de un insigne marino y
militar español (para más señas vasco nacido en Pasajes, Guipúzcoa), que
destacó en numerosas batallas quedando cojo, manco y tuerto, y en esa situación
(le apodaban cariñosamente “medio hombre”) dirigió la más célebre de sus
victorias, que fue precisamente la defensa de Cartagena de Indias ante el sitio
inglés en 1741. En aquella ocasión, y contra todo pronóstico, un puñado de
soldados y los propios habitantes de Cartagena de Indias, con unos pocos
barcos, lograron repeler a la mayor flota naval conocida hasta el desembarco de
Normandía. Tan seguros estaban los ingleses de su victoria que ya habían
acuñado una medalla para conmemorarla, en la cual, alrededor de una imagen en
la que Lezo se arrodillaba ante Vernon, figura la leyenda “the spanish pride
pulld down by admiral Vernon”. La medalla puede en nuestro Museo Naval, y es
reproducida ampliada en el pedestal de la citada estatua en Cartagena.
Aquel fue un importantísimo éxito
que impidió el objetivo inglés de dividir el imperio español en dos, y permitió
al poderío naval español competir aún con el británico más de seis décadas
adicionales, hasta el desastre de Trafalgar. Un éxito compartido en aquel
momento por españoles de uno y otro lado del Atlántico, y que justamente hoy
deberíamos recordar colombianos y españoles, ya que con ellos, al igual que con
todos los países de Hispanoamérica, debemos tener relaciones fraternales. Pero
a veces parece que los españoles tenemos memoria selectiva o un tanto
acomplejada, a diferencia de los ingleses, un pueblo sumamente admirable y
ejemplar por tantos motivos, perteneciente a un Estado que hoy es socio y amigo
de España, y cuya capital sigue dedicando justamente la más noble de sus plazas
a ese gran éxito militar de Trafalgar, frente a la flota francoespañola. El
caso es que todos los países conmemoran sus grandes éxitos militares y rinden
tributo a los héroes que contribuyeron a los mismos, aunque fueran frente a
enemigos que ahora no lo son. Pero a diferencia de lo mencionado en Cartagena
de Indias, en España el reconocimiento a Blas de Lezo no había sido hasta ahora
muy significativo ni conocido (aunque hay excepciones notorias como la
dedicatoria de una fragata de la Armada, o alguna bibliografía muy interesante
sobre su vida y su principal hazaña), y particularmente faltaba algo que debería
haberse hecho hace tiempo, como es el disponer de una estatua en su memoria en la
capital de España. Esta incomprensible omisión al fin va a ser subsanada, de
manera que este sábado 15 de noviembre se va a inaugurar, en los jardines del
Descubrimiento de Madrid y con la presencia de S. M. El Rey Don Juan Carlos, un
monumento a Blas de Lezo, que ha sido posible como consecuencia de la
iniciativa y el apoyo popular a través de la Asociación Monumento a Blas de
Lezo y distintas vías como la plataforma change.org. Un verdadero acto de
justicia histórica.
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