miércoles, 5 de febrero de 2014

Toledo olvidado 2

Toledo olvidado 2

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En su día dediqué uno de mis “miraderos” al libro “Toledo olvidado”, plasmación física de parte de las fotos del blog homónimo a cargo de Eduardo Sánchez Butragueño, con sus correspondientes créditos y textos explicativos. Por lo que sé, desde entonces comenzó a gestarse este segundo volumen de fotografías de Toledo en el último siglo y medio. Y aunque conociendo el rigor y meticulosidad de su autor y el nivel de calidad y cuidado de la edición del primer libro, cabía esperar que estas características se mantuvieran en el “Toledo olvidado 2”, siempre podía quedar la duda de si las fotografías incluidas en este nuevo volumen tendrían también el mismo interés y un valor equiparable al de las del primer volumen. Pues bien, un repaso a esta nueva obra confirma sin lugar a dudas que dicho nivel también se mantiene, y hasta en lo personal creo que en algunos casos hay fotografías con un encanto o atractivo especial.


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No se puede resumir un libro de estas características, y cualquier mención ejemplificativa omitirá otras referencias relevantes, pero como simple muestra cabe decir que entre los personajes que aparecen en Toledo encontramos a Alfonso XIII, el marqués  de la Vega-Inclán, Grace Kelly, Dalí, Buñuel, Konrad Adenauer, De Gaulle, Federico Martín Bahamontes, Ronald y Nancy Reagan o Diana de Gales; entre los fotógrafos, Louis León Masson, Alfonso Begue, Casiano Alguacil, Josep Gaspar i Serra, Hans Namuth y Georg Reisner, John Fyfe, sin olvidar las aportaciones de Luis Alba, Juan Ignacio de Mesa o David Utrilla. Entre los lugares, vistas generales y lugares emblemáticos, pero también los más variados rincones y parajes de Toledo. Reviso una y otra vez el libro y encuentro tantas fotografías deliciosas que me resulta muy difícil elegir siquiera un pequeño grupo de “favoritas”. Hay fotos de gran valor histórico, pero me gustan especialmente algunas como las de Federico Martín Bahamontes  (no sabría si quedarme con la que tiene en la puerta del bar Ludeña, con Vespa y 600 incluidos, o con aquella en la que aparece casi niño empujando un carro de reparto), y muchas otras con personas anónimas en variados rincones de la ciudad: desde la excelente foto de la portada, que es la primera que recoge a bañistas en el Tajo (¡nada menos que en 1864!) hasta la barbería callejera en el callejón de la Soledad, pasando por el niño repartiendo periódicos en Zocodover en 1957, o el retrato de la miliciana en la calle de las Armas en 1936, entre tantos ejemplos que cabría señalar, que conjuntamente reflejan, junto a la presencia en nuestra ciudad de tantas personalidades, el fluir de la vida cotidiana y la actividad de los “toledanos de a pie” en distintos momentos históricos. Me alegro enormemente de haber participado como “micromecenas” en la financiación de esta obra, porque sé que se mantendrá en el futuro como una gran referencia imprescindible en la bibliografía fotográfica sobre Toledo.           


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