jueves, 4 de julio de 2013

Los becarios


 
Los becarios

           


            Fui a ver “Los becarios” sin grandes pretensiones, y me ha parecido una comedia divertida, fresca, muy amena y con mensaje. Me reí bastante con las peripecias de esta pareja formada por  Billy (Vince Vaughn) y Nick (Owen Wilson), dos hombres de mi generación víctimas de la reconversión, ya que tras perder su trabajo como comerciales “clásicos” se ven abocados a competir con jóvenes excelentemente preparados en nuevas tecnologías para conseguir un trabajo en Google. El variopinto y exótico grupo que forman junto a varios jovencitos ha de pasar difíciles pruebas intentando ganar una competición. No desvelo más para no quitar interés a la película, que lo tiene, porque aunque pueda resultar un poco previsible en algunos aspectos, es siempre dinámica y divertida, moderna y actual en su concepción, y se sitúa en un ambiente  muy atractivo. Además hay situaciones hilarantes y diálogos muy divertidos.

 


            Pero al ver la película, además de disfrutar y reírme, me quedé pensando en los  españoles de mi generación (más de uno amigo o conocido mío) que han perdido a esta edad su trabajo de siempre, y han tenido que buscarse la vida empezando de cero, a veces en otro país, a veces abriendo un negocio propio, acaso aceptando un trabajo mucho menos cualificado y peor remunerado o, en el peor de los casos, están en el paro. Porque a diferencia de los que sucede en otros países como en Estados Unidos, en los que estos “ajustes” son producto de una cierta reconversión de sectores en la que se cierran algunas puertas pero se abren otras, aquí desde hace varios años muchas personas no han visto prácticamente salida. Estas personas, como pone de relieve el largometraje que vengo comentando, tienen que “reciclarse” y aprender mucho, pero es mucho más lo que pueden enseñar. Quiero pensar que las cosas van a empezar a mejorar, pero en cualquier caso quienes, encontrándose en esa situación no han perdido la fe en sí mismos y han sido perseverantes, merecen todo el reconocimiento y la mejor de las recompensas. Con estas líneas quiero rendir homenaje a todos ellos, y especialmente a mis amigos que han pasado y pasan por esas situaciones. “Los becarios” transmite valores como la importancia de la constancia y la fe en uno mismo, la capacidad de aprender algo de todo el mundo, o el valor del trabajo en equipo, pero no recurre para ello a la moralina. Además, aunque cinematográficamente estos valores acaso estén un poco “trillados”, ¡qué importantes son hoy en día!               

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