La
estación sin nombre
España ha logrado en un tiempo
relativamente breve construir una buena red de trenes de alta velocidad, y hoy
para muchas distancias el tren es una alternativa al avión, al autobús y al
coche propio. En el caso de Toledo, cada vez es más frecuente que turistas y
otros visitantes lleguen a la ciudad en tren, lo que no sucedía antes de la
llegada de la alta velocidad a nuestra ciudad. Puede que la entrada a Toledo a
través del tren no ofrezca vistas tan bonitas como el inconfundible perfil que
se percibe desde la carretera, pero seguramente ello se compensa con la belleza
de nuestra singular estación de estilo neomudéjar. Sin embargo, lo que hoy
quiero destacar es que esta estación de tren no tiene nombre. Cualquiera que
utilice este medio de transporte habrá observado que la inmensa mayor parte de
las estaciones de alta velocidad tienen un nombre propio que acompaña al de la
ciudad: por ejemplo, Madrid-Atocha, Zaragoza-Delicias, Barcelona-Sants,
Sevilla-Santa Justa, Valencia-Joaquín Sorolla, o en nuestra misma región,
Cuenca-Fernando Zóbel o Albacete-Los Llanos. Un nombre propio es algo muy
importante, y en estas estaciones que tienen un importante trasiego humano, no
solo ayuda a identificar la estación, sino que refuerza la imagen de la ciudad
y la vincula a algún lugar o personaje histórico o cultural que se quiera
destacar.
Por ello me permito usar este “miradero”
para sugerir humildemente a quien tenga competencias para proponerlo o
aprobarlo, que se ponga un nombre propio a nuestra estación de tren. Para su
elección puede abrirse un proceso de propuestas y debate, con participación de
los ciudadanos y de los sectores interesados. Alguien podría pensar
inmediatamente en “El Greco”, pero creo que no todo tiene por qué tener el
mismo nombre en la ciudad. Hay otros nombres muy conocidos y que cualquier
ciudadano medianamente culto vincula a Toledo, como Garcilaso o Alfonso X el
Sabio, o incluso otros acaso de menor proyección exterior pero muy conocidos en
la ciudad, como podrían ser Juanelo Turriano, Tavera, Lorenzana, Juan o María
de Padilla, o entre los contemporáneos, Victorio Macho o Gregorio Marañón,
aunque podríamos aumentar considerablemente este elenco de propuestas. Alguno
de estos nombres los ha sugerido algún amigo con quien he comentado el tema, yo
he añadido otros, cualquiera de ellos podría ser digno de dar nombre a la
estación, aunque quizá mi preferido sea mi “vecino” Garcilaso de la Vega. El
nombre, por lo demás, también podría hacer referencia a algún lugar como
Palacio de Galiana. Lo importante es que alguien con más competencia y peso que
yo tome y desarrolle la idea…
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