Fortalecer
el Estado de Derecho
En el lenguaje político y social se
habla mucho de Estado de Derecho, democracia, derechos humanos, con tal
generalidad e inconcreción que estas expresiones a veces parecen confundirse, y
otras veces parecen envoltorios vacíos que sirven para cualquier cosa. Sin
embargo, estas expresiones son depositarias de siglos de reflexiones y
experiencias que, aunque no impiden cierta ambigüedad, sí perfilan unos
contenidos o ideas muy básicas. Así, Estado de Derecho no es cualquier Estado
“con” derecho, sino más bien aquel en el que el poder se somete al derecho y
este es una obra racional regida por determinados procedimientos, y esta idea,
aparentemente tan simple, representa casi un “milagro” en la historia de la
humanidad, porque siempre el poder ha tendido a eludir cualquier límite o
control, a imponer el derecho pero no sentirse vinculado por él. Y así, en la
fundamentación doctrinal de la idea de la soberanía, encontramos que Jean Bodin
considera a esta como “suma…legibus soluta potestas”, es decir, un poder
supremo no sometido a leyes. Así que solo en la Edad Contemporánea va a
asentarse al fin esa idea de Estado de Derecho, en cierto modo relacionada con
la “rule of law”. Por supuesto, no hay Estado de Derecho sin democracia, pero
tampoco se ha conocido nunca una democracia que no incluya esta idea de
limitación del poder, que a su vez se sustenta sobre dos pilares esenciales:
los derechos fundamentales y la separación de poderes.
Con todo, estas ideas, que parecían
firmemente asentadas, parecen vivir en tiempos recientes una aguda crisis. Y es
sobre todo el pilar de la separación de poderes el que parece hoy más frágil.
Demasiadas veces las constituciones y los textos internacionales recogen muy
extensas declaraciones de derechos; y mientras, se olvida la importancia de un
bien funcionamiento de las instituciones, y en especial de la separación de
poderes y de la independencia judicial. El populismo es hoy, en casi todos los
lugares del mundo, una de las mayores amenazas, y no suele actuar mediante
quiebras abruptas de las Constituciones, sino más bien erosionando estos
pilares básicos. Por eso siempre tiene unos objetivos claros cuando alcanza el
poder: controlar al poder judicial, acabar con las libertades informativas,
desconocer los derechos de la minoría. Este riesgo está muy presente, y aunque
en la Unión Europea preocupan especialmente casos como Polonia o Hungría,
ningún país está exento de estas peligrosas derivas. La Asociación de
Constitucionalistas de España dedica este año su congreso anual a los retos del
Estado de Derecho. Será la semana que viene, en Cáceres, y allí estaremos
aprendiendo…
(Fuente de la imagen: https://economipedia.com/definiciones/estado-de-derecho.html?nab=1&utm_referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F )
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