Ciudades de España: Santander
A pesar de que ahora en los veranos la ciudad tiende a saturarse con los visitantes, la verdad es que conserva cierto aire tranquilo. En los años 20 del siglo XX compartió con San Sebastián el liderazgo del glamur de aquellos “baños de ola”, aunque la nobleza bien se cuidaba de usar las sombrillas para que la piel no se oscureciera. Hoy, afortunadamente, las vacaciones en la playa resultan mucho más accesibles, a pesar de las dificultades de la coyuntura económica… pero Santander conserva no poco de ese aire tranquilo y de ese estilo singular. Ciudad ideal para el baño, para el paseo tranquilo, pero también para el disfrute cultural y, ¡cómo no! parte de este es la gastronomía: excelentes pescados que pueden degustarse de mil formas variadas y dan lugar a guisos como el famoso sorropotún; carnes de primera calidad, y extraordinarios cocidos (el montañés, el lebaniego entre otros) hacen de Cantabria una de las sublimaciones del panorama gastronómico español. En cuanto a la cultura, aunque el famoso incendio de 1942 destruyó arte importante de la ciudad, todavía se conservan monumentos de interés, destacando su catedral; y hay que añadir, además, los edificios más modernos que albergan eventos culturales de importancia, como el Auditorium o, más recientemente, el interesante Centro Botín, cuya arquitectura -como ahora se suele decir- “dialoga” con la bahía. En fin, para el paseo hay mil opciones agradables, pero me atrevo a recomendar, para los más valientes, la preciosa senda costera que, partiendo del Faro de Cabo Mayor, recorre unos 30 kilómetros hasta llegar a Boo de Piélagos. Una ciudad única.
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