No
somos héroes, tenemos vocación
En los momentos más duros de la
primera oleada de esta pandemia, mientras los profesionales de la sanidad
arriesgaban su salud y su propia vida cada día, los docentes desarrollamos
nuestra labor desde casa. En realidad, durante el período más estricto del
confinamiento, mientras la mayoría estábamos en casa (y con mucha suerte los
que seguíamos trabajando), a colectivos como el personal sanitario, las fuerzas
y cuerpos de seguridad, los militares, los transportistas, los empleados de los
supermercados y tiendas de alimentación, a los repartidores, y algunos otros,
les tocó la parte más difícil y sacrificada. Les correspondió, en definitiva,
mantener una actitud muchas veces heroica, y seguramente nunca buscada, para
mantener “vivo” el país. Dicho esto, y aunque toda generalización es injusta,
creo que también muchos docentes tuvimos que afrontar un reto bastante difícil,
como es el de adaptarnos, sin previa preparación ni aviso, a una metodología
totalmente diferente, acabar el curso y evaluar de la forma más justa y
completa que se podía. Y para ser honesto, con todas las dificultades y
déficits que se quieran apuntar, me parece que salvamos bastante dignamente la
situación. Simplemente por poner un ejemplo, yo salí un día de clase tarde
creyendo que al día siguiente volvería al aula, y sin haber entrado en la
plataforma Teams en mi vida. Al día siguiente estaba impartiendo mi clase a
través de esa plataforma. Luego, gracias al esfuerzo y los medios y pautas que
aportó mi Universidad, traté de formarme lo más posible para aprovechar todos
esos recursos disponibles y dar lo mejor de mí, y creo que eso es lo que
hicimos la mayoría. El agradecimiento de los alumnos es nuestro mayor premio.
Ahora afrontamos el inicio de un
nuevo curso lleno de incertidumbres. Nadie está seguro de lo que va a suceder. Algunos
tenemos también dudas de que las decisiones y pautas de los responsables
políticos hayan sido suficientemente idóneas y completas, dicho esto sutilmente.
Pero ninguno de estos factores debe desanimarnos, ni hacernos regatear ningún
esfuerzo. Al contrario, creo que es el momento de dar lo máximo para que este
nuevo curso pueda desarrollarse de la forma más satisfactoria. Desde el aula,
desde la pantalla del ordenador, con los alumnos en clase, en casa, o mitad y
mitad. Como toque en cada momento, muchos así lo haremos. No solo porque es
nuestro deber, sino porque es nuestra vocación. Pase lo que pase, este curso será
tan idóneo como cualquier otro para transmitir a nuestros alumnos la ilusión
por el aprendizaje y el conocimiento.
(Fuente de la imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/ser-docente-online-covid/ )
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