miércoles, 9 de agosto de 2017

León

León



            Una de las ciudades imprescindibles de España, León es historia viva de la Península. Fundada hacia el 29 a. C. como campamento de la Legio VI Victrix, fundamental en la lucha contra cántabros y astures, fue después sede permanente de la Legio VII Gemina. Siglos más tarde, y después de un período de despoblación, renace como capital del reino de León, que todavía hoy aporta uno de sus emblemas principales al escudo de España. Este reino fue en realidad un desarrollo del anterior reino de Asturias (siglos VIII y IX), cuando la capital se trasladó desde Oviedo, a principios del siglo X. Y de este reino nació, primero como condado independiente, y luego como nuevo reino, Castilla, de tal manera que durante siglos ambos reinos rivalizaron, se enfrentaron, o se unieron, según los períodos. Recuerdo esto (que por lo demás es sabido por quien tenga conocimientos básicos de la historia de España, dada la trascendencia de aquellos hechos) porque me parece indudable que estas circunstancias ayudan todavía hoy a entender la fisonomía, la cultura y la idiosincrasia de esta imprescindible ciudad española. Porque tanto la capital como su provincia, teniendo sin duda una características propias y diferentes, mantienen indudables vínculos históricos, culturales y geográficos con Asturias, con Galicia, y desde luego, con Castilla. Es verdad que, al configurarse al actual mapa autonómico, fue discutida la unión de Castilla y León en la región que lleva tal nombre, y aún hoy algunos cuestionan esa fusión y reclaman una “independencia” regional de León, pero más allá de las concretas circunstancias políticas actuales, la esencia de León está también en ser una ciudad mesetaria pero no muy lejos de los Picos de Europa (único parque nacional que se sitúa entre tres Comunidades Autónomas) y de la cordillera que la separa de Asturias (pero a través de la cual se comunica con ella); León es, indudablemente, el camino de Santiago, que en su itinerario más clásico, el camino francés, atraviesa la provincia y su capital; y León es, cómo no, su rivalidad histórica con Castilla, pues, por poner un ejemplo, no tendría la magnífica catedral que tiene si no hubiera querido emular a Burgos, que la empezaba a ensombrecer.




            La propia gastronomía, que nos habla mucho de la cultura de un lugar, pone de relieve estas relaciones, ya que a pesar de tratarse de una provincia de interior, el pulpo o el bacalao forman parte de sus platos típicos, junto a otros más típicos de interior, como el lechazo, la morcilla, la cecina, o el imprescindible cocido maragato, emparentado quizá con los del norte y con los de Castilla, pero incuestionablemente único (se come en orden inverso). Por lo demás, la ciudad es una de las joyas monumentales de España: junto a su espectacular catedral gótica, que es sin duda la que cuenta con más valiosas vidrieras de toda España, hay que mencionar el impresionante convento de San Marcos, hoy sede de uno de los más lujosos paradores de España, o la colegiata de San Isidoro, uno de los templos más valiosos de todo nuestro románico. Sin olvidar, entre los edificios más recientes, una de las pocas obras arquitectónicas de Gaudí fuera de Cataluña, como es la casa Botín. Para terminar, es imprescindible recordar que León fue sede de las Cortes de 1188, finalmente reconocidas por la UNESCO en 2013 como cuna del parlamentarismo mundial, adelantándose en varias décadas al parlamento británico y a los de cualquier otro reino del mundo. Aunque… otro día les hablaré del Althingi islandés.

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