jueves, 20 de diciembre de 2012

El buey y la mula



El buey y la mula


           
La glosa y la interpretación de las palabras del Papa Benedicto XVI sobre el papel del buey y el asno en el Nacimiento de Jesús prácticamente se ha convertido en la noticia de estas Navidades (rivalizando, eso sí, con el supuesto fin del mundo que debería producirse hoy). Es llamativo que un titular mediático, a pesar de tener eventualmente una inspiración en la realidad, puede resultar fuera de lugar si se priva de su contexto y de su sentido último, acaso con la deliberada intención de obtener una noticia llamativa y sorprendente. Por otro lado, parece claro que los españoles siguen más las noticias de los medios de comunicación, que por las fuentes auténticas de las mismas, aunque estas sean abiertas y accesibles. En este caso, y antes de alarmarse por la supuesta indicación del Papa sobre la supresión del buey y la mula en las representaciones de los belenes, o de sorprenderse por la afirmación de que los referidos animales no son mencionados en los Evangelios, convendría acudir a las fuentes originales.

            Cualquiera que haya leído los Evangelios ha de saber que, en efecto, no hay mención alguna de tales animales. Pero sobre todo, basta leer el libro La infancia de Jesús para entender exactamente lo que quiere decir el Papa, ya que Benedicto XVI -dicho sea de paso- a pesar de ser uno de los más eruditos teólogos del momento, se expresa un sus obras divulgativas con meridiana claridad. En efecto, tras constatar que los Evangelios no mencionan expresamente al buey y al asno, el libro justifica su inclusión por su conexión con el pesebre, pero más aún con textos del Antiguo Testamento; nos explica que estos animales representan a la humanidad, "de por sí desprovista de entendimiento, pero que ante el Niño (...) llega al conocimiento..." y añade que "Ninguna representación del Nacimiento renunciará al buey y al asno". Por descontado, aun antes de leer el libro puse, como siempre, a estos animales en el Nacimiento de mi casa, porque siempre he sabido que el Evangelio no está reñido con la tradición ni, como dice el Papa, con "la meditación guiada por la fe". En todo caso, cualquier representación del Belén me sirve para evocar el Nacimiento del Niño-Dios, cuando estoy rodeado por mis seres queridos que comparten conmigo la fe. Feliz Navidad a todos.                

1 comentario:

  1. Hola, Javier. Me he encontrado hoy por casualidad con este comentario tuyo. Yo había colgado en Facebook algo parecido: https://www.facebook.com/carlos.vidal.prado/posts/10151294142013950

    Un abrazo, Carlos Vidal

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