miércoles, 7 de agosto de 2013

Éxito español


Éxito español

 

         Los símbolos son, desde luego, muy importantes, porque sirven para expresar sentimientos individuales o colectivos. España es rica en símbolos porque es una nación plural, y como existen muchas maneras de sentirse español, cada quien elige los símbolos que mejor le identifican, que pueden ser varios y perfectamente compatibles entre sí. Como ejemplo, creo que ya he contado en este lugar que el día en que la selección española ganó el Mundial de fútbol de 2010 yo estaba en México, y cuando acudí a celebrarlo a la fuente de la Cibeles mexicana, donde decenas de miles de españoles, descendientes de españoles, hispano-mexicanos o simpatizantes de España salieron también a celebrar la victoria. Y allí pudieron verse banderas de España, de Cataluña, de Asturias y de tantas otras Comunidades Autónomas, y todas ellas las sentí como propias. Y aunque mis lectores ya saben que no soy precisamente republicano (cuando hablamos de España, pues creo que cada país debe saber elegir la forma de gobierno más acorde con su Historia), aquel día también sentí en cierto modo como propias las muy numerosas banderas republicanas que salieron a la calle, pues no en vano una parte de la colonia española en México está compuesta por descendientes de exiliados republicanos.

 


            Barcelona es una de las ciudades más plurales de España, y aunque en todos los sitios puede haber algunos dogmáticos intolerantes, esta ciudad ha dado ya muchas veces muestras de esa ejemplar convivencia de símbolos, por ejemplo en las inolvidables olimpiadas de 1992. En los recientes Mundiales de natación, lo más importante no ha sido que algunos –con evidente mala educación y falta de respeto- silbaran el himno nacional de España en la inauguración, ni que quien era el número 2 de la Marca España hiciera unas declaraciones anticatalanas absolutamente deplorables. Lo más importante ha sido el éxito sin precedentes de las nadadoras españolas, que han logrado doce medallas. Lo más importante ha sido que un equipo de españolas de casi todas las comunidades (y por cierto, con una muy importante presencia de catalanas) han logrado medallas en muy diversas modalidades, desde la natación sincronizada (en la que España es una potencia mundial) hasta diversas pruebas de velocidad. Y por supuesto, hay que destacar ese oro en waterpolo femenino, en aquella noche memorable en la que en las gradas volvieron a convivir banderas españolas y catalanas, e incluso algunas “esteladas”, para animar a las bravas jóvenes de nuestra selección, que tan magníficamente nos han representado a todos.

 

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