León
Una de las ciudades imprescindibles
de España, León es historia viva de la Península. Fundada hacia el 29 a. C.
como campamento de la Legio VI Victrix, fundamental en la lucha contra
cántabros y astures, fue después sede permanente de la Legio VII Gemina. Siglos
más tarde, y después de un período de despoblación, renace como capital del
reino de León, que todavía hoy aporta uno de sus emblemas principales al escudo
de España. Este reino fue en realidad un desarrollo del anterior reino de
Asturias (siglos VIII y IX), cuando la capital se trasladó desde Oviedo, a
principios del siglo X. Y de este reino nació, primero como condado
independiente, y luego como nuevo reino, Castilla, de tal manera que durante
siglos ambos reinos rivalizaron, se enfrentaron, o se unieron, según los
períodos. Recuerdo esto (que por lo demás es sabido por quien tenga
conocimientos básicos de la historia de España, dada la trascendencia de
aquellos hechos) porque me parece indudable que estas circunstancias ayudan
todavía hoy a entender la fisonomía, la cultura y la idiosincrasia de esta
imprescindible ciudad española. Porque tanto la capital como su provincia,
teniendo sin duda una características propias y diferentes, mantienen
indudables vínculos históricos, culturales y geográficos con Asturias, con
Galicia, y desde luego, con Castilla. Es verdad que, al configurarse al actual
mapa autonómico, fue discutida la unión de Castilla y León en la región que
lleva tal nombre, y aún hoy algunos cuestionan esa fusión y reclaman una
“independencia” regional de León, pero más allá de las concretas circunstancias
políticas actuales, la esencia de León está también en ser una ciudad mesetaria
pero no muy lejos de los Picos de Europa (único parque nacional que se sitúa
entre tres Comunidades Autónomas) y de la cordillera que la separa de Asturias
(pero a través de la cual se comunica con ella); León es, indudablemente, el
camino de Santiago, que en su itinerario más clásico, el camino francés,
atraviesa la provincia y su capital; y León es, cómo no, su rivalidad histórica
con Castilla, pues, por poner un ejemplo, no tendría la magnífica catedral que
tiene si no hubiera querido emular a Burgos, que la empezaba a ensombrecer.
La propia gastronomía, que nos habla
mucho de la cultura de un lugar, pone de relieve estas relaciones, ya que a
pesar de tratarse de una provincia de interior, el pulpo o el bacalao forman
parte de sus platos típicos, junto a otros más típicos de interior, como el
lechazo, la morcilla, la cecina, o el imprescindible cocido maragato,
emparentado quizá con los del norte y con los de Castilla, pero
incuestionablemente único (se come en orden inverso). Por lo demás, la ciudad
es una de las joyas monumentales de España: junto a su espectacular catedral
gótica, que es sin duda la que cuenta con más valiosas vidrieras de toda
España, hay que mencionar el impresionante convento de San Marcos, hoy sede de uno
de los más lujosos paradores de España, o la colegiata de San Isidoro, uno de
los templos más valiosos de todo nuestro románico. Sin olvidar, entre los
edificios más recientes, una de las pocas obras arquitectónicas de Gaudí fuera
de Cataluña, como es la casa Botín. Para terminar, es imprescindible recordar
que León fue sede de las Cortes de 1188, finalmente reconocidas por la UNESCO
en 2013 como cuna del parlamentarismo mundial, adelantándose en varias décadas
al parlamento británico y a los de cualquier otro reino del mundo. Aunque… otro
día les hablaré del Althingi islandés.
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