jueves, 18 de febrero de 2021

Dehesa

 

Dehesa

 


            En su día dediqué uno de estos “miraderos” a “Cantábrico”, el excepcional largometraje documental dirigido y filmado por Joaquín Gutiérrez Acha. Hace unos meses se estrenaba “Dehesa”, que cierra la trilogía -iniciada en su día con “Guadalquivir”, pero no debió alcanzar mucha difusión en los cines, o acaso en Toledo ni se estrenó, porque yo estaba muy pendiente y se me pasó. Así que ahora he decidido adquirir la trilogía completa en blu-ray, porque sin duda lo merece. “Dehesa” mantiene todas las virtudes de la serie: excepcionales imágenes que solo pueden ser frutos de la mejor tecnología en las manos más expertas, y todo ello acompañado de la mayor paciencia y el cuidado y esmero necesarios. Ya escribí en su día que desde aquellas series de Félix Rodríguez de la Fuente no había visto nada igual sobre naturaleza ibérica, pero además hay que añadir que los medios hoy disponibles son mucho mejores, y también son diferentes las técnicas de rodaje y de aproximación y relación con las distintas especies.  

 

            En “Dehesa” encontramos así escenas únicas en alta calidad, delicados time lapses de plantas que crecen ante nuestros ojos en segundos, maravillosas escenas a cámara lenta en las que el agua, el tiempo y los sujetos parecen casi “congelarse”, vistas aéreas de impresión… Pero acaso es, entre todas, la más “próxima”, al menos para castellanos o extremeños. Al verla, sentí esa enorme paradoja de saber que los linces, los meloncillos, los ciervos, los búhos, los zorros, las mantis religiosas, las águilas imperiales, los buitres negros, los martines pescadores, los toros bravos, los cerdos ibéricos, los rebaños de ovejas trashumantes, y también las encinas o los alcornoques… están aquí, como quien dice a la puerta de nuestras casas y, sin embargo, son los grandes desconocidos para tantas personas. Puede que, merced a los documentales, haya quien sepa más de la fauna del Serengeti que de la de nuestra dehesa. Y me pregunto cuántos jóvenes (¡y no tan jóvenes!) jamás han visto al natural gran parte de estas especies, o no saben distinguir entre nuestros cielos nada diferente a los aviones. La dehesa es uno de los entornos naturales más próximos, seguramente también de los más humanizados. Pero esa relación no siempre es pacífica, y este entorno es también uno de los más amenazados. Y es importante saber que algunas especies simplemente desaparecerían sin este entorno. “Dehesa” tiene el gran valor de poner todo ello de relieve, y de paso de fomentar el conocimiento real de toda esta biodiversidad tan sumamente cercana.


(Fuente de la imagen: https://www.fotogramas.es/noticias-cine/a30641678/dehesa-cartel-documental-joaquin-gutierrez-acha/ )

jueves, 11 de febrero de 2021

Tratar con personas


Tratar con personas

 


            Seguramente casi todos hemos pasado por una experiencia similar: llamamos a nuestra compañía de teléfono (pero también podría ser al seguro o a tantas otras empresas) y nos atiende una “asistente virtual”, que nos pide que describamos el motivo de la llamada. No lo entiende, o lo entiende pero nos da unas pautas de actuación perfectamente obvias o inútiles (por ejemplo, reinicie todo), y nuestra desesperación aumenta, mientras anhelamos que nos escuche una “persona humana” -últimamente el adjetivo en esta expresión ha dejado de ser un epíteto-. Lo confieso: más de una vez me he visto a mí mismo reiterando de forma indignada “quiero hablar con un agente”. Cuando al fin nos atiende el ser humano, es posible que nos entienda, pero el problema es otro: sus potestades de actuación no están por encima del “sistema”, de manera que, aunque quisiera, no puede resolver nuestro problema, conseguir que contratemos o demos de baja lo que queríamos, resolver nuestra avería o nuestra gestión. Con suerte, puede conseguir que nuestra incidencia quede registrada, siempre que la voluntad del sistema sea favorable a que ese registro quede. Mucho más frecuentemente, nos dice que esa incidencia o petición queda registrada, pero pasa el tiempo y no pasa nada, y cuando volvemos a llamar, otro agente (después de gritar como posesos “¡quiero hablar con un agente!”) nos confirma que no hay ninguna incidencia abierta, así que todo lo que hablamos en una conversación anterior fue perfectamente inútil. Como esto que cuento lo he vivido decenas de veces, debo reconocer que en alguna extraordinaria ocasión he conseguido hablar con un agente “de segundo nivel”, que es como pasar de pantalla en un videojuego muy difícil. Estos (tal vez del departamento de fidelización o de averías o de contratación) tienen algunas potestades superiores, que aparentemente se imponen al sistema… pero también tienen sus límites, que son gestiones o decisiones que todavía no pueden hacer, porque el sistema se lo impide. Y ya no he pasado “más pantallas” de este juego kafkiano, así que me quedo con la duda de si el dios del “universo Vodafone” (ponga cada quien aquí el ejemplo que prefiera) es realmente un humano o, como estoy empezando a temerme, es una inteligencia artificial. El caso es que en este nuevo “Leviatán digital”, el bien más escaso es tratar con una persona que, además de entenderte, pueda hacer algo por ti.

No dudo de que algunos seres humanos aprovechan la coyuntura para poner al sistema como excusa para no hacer un favor o para ser un poco flexibles. Pero en general, creo que la “rebelión de las máquinas” es ya una realidad bastante tangible. Por eso yo elijo, siempre que puedo, tratar con una persona, y por eso valoro enormemente las atenciones que recibo cuando puedo simplemente descolgar el teléfono (o a veces incluso poner un whastapp) y que alguien de la empresa que sea haga lo que yo solicito. Y por eso agradezco muchísimo si una vez, por ejemplo, la que me vende el salmón por medios, por simple empatía y con toda amabilidad, me exime de incluir y cobrarme media cabeza que le he dicho que no quiero… Porque estos pequeños detalles no serán posibles en el terrible “infierno digital” al que inexorablemente nos aproximamos.


(Fuente de la imagen: https://mejoratuexitolaboral.com/2019/06/04/utopia-hecha-realidad-personas-vs-maquinas-robots-y-tecnologia/ )

jueves, 4 de febrero de 2021

Votar en tiempos de pandemia

 

Votar en tiempos de pandemia



 

            Una de las situaciones más inquietantes y desazonadoras para un juristas es comprobar que, en ocasiones, se producen situaciones que parecen necesitar una respuesta que la norma no ofrece, y que incluso aparentemente impide. Tal fue el caso, durante el pasado año 2020, de las elecciones vascas y gallegas. Es indudable que nuestra ley electoral no contempla la posibilidad de aplazar una convocatoria electoral ya convocada, con la cual la respuesta jurídica más evidente sería negar la posibilidad de ese aplazamiento. Pero igualmente indudable resultaba que hubiera sido un disparate y un enorme riesgo mantener esas convocatorias en el peor momento del avance de la primera ola, sin prácticamente medios para prevenir o evitar la expansión del virus, y mientras todos estábamos confinados estrictamente en el domicilio. Hubo un consenso prácticamente universal respecto a que ese aplazamiento era imprescindible, pero más de alguno dijimos ya que resultaba muy necesario reformar la ley electoral para prever con detalle los supuestos, procedimientos y garantías para proceder a un aplazamiento de este tipo, respuesta que debe reservarse para supuestos excepcionalísimos.

 

            Nada de eso se hizo, y este año nos hemos encontrado con el intento de aplazamiento de las elecciones catalanas. Pero la situación era diferente por muchos motivos: entre otros, estas elecciones se habían convocado ya durante la pandemia, la situación de confinamiento actual no es tan estricta, se trata de una convocatoria “automática” debida a la incapacidad del Parlamento catalán de investir a un nuevo presidente, y además no había un consenso general de las fuerzas políticas concurrentes. Por lo demás, el Derecho Comparado nos ha mostrado cómo la mayor parte de los países han mantenido sus procesos electorales, añadiendo, eso sí, todas las garantías posibles para evitar el contagio. Por estos y otros motivos, como es sabido, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña suspendió primero el aplazamiento, y finalmente ha confirmado la fecha de la convocatoria. Pero señaló que en una situación peor, o con mayores medidas restrictivas de la circulación, el aplazamiento hubiera resultado posible, o incluso necesario. No se puede afirmar (pero tampoco negar) que esto haya influido en la falta de endurecimiento de las medidas, algo que solicitaban varias Comunidades Autónomas. El caso es que la situación no es en este momento nada buena, pues nos mantenemos en un momento agudo de la tercera ola. Los tribunales no pueden sustituir al poder político, sino solamente valorar o anular sus decisiones. Cabe esperar que las medidas adoptadas sean suficientes para evitar el dramático resultado de que la campaña o las propias votaciones sean causa de más contagios, acaso de más fallecimientos. Si se hubiera emprendido en su momento la reforma de la ley…


(Fuente de la imagen: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2020/05/25/aprovechar-pandemia-modernizar-sistema-voto/0003_202005G25P25993.htm )