Conventos de San Pedro Mártir y madre de Dios en Toledo: detalles y rincones , un álbum en Flickr.
blog de Francisco Javier Diaz Revorio, dedicado a mis "Miraderos", Toledo, Asturias, Iberoamérica, viajes, libros, música, prensa, publicaciones y todo tipo de lecturas. También, desde luego, cine, fotografías... e iphonegrafías.
miércoles, 23 de mayo de 2012
miércoles, 16 de mayo de 2012
domingo, 13 de mayo de 2012
Conventos de San Pedro Mártir y madre de Dios en Toledo: detalles y rincones
Conventos de San Pedro Mártir y madre de Dios en Toledo: detalles y rincones , un álbum en Flickr.
reportaje fotográfico en los conventos de San Pedro Mártir y madre de Dios
jueves, 3 de mayo de 2012
El Miradero 05/05/2012 F.
Javier Díaz Revorio
De
días, padres y madres
Como muchas otras personas, pienso
que es un poco absurda la costumbre de dedicar un día al año a determinadas
personas, colectivos, situaciones o problemas. Tenemos un abuso de “días de”,
como los dedicados al padre, la madre, la mujer trabajadora, el medio ambiente,
la lucha contra el cáncer, las más diversas enfermedades, y un larguísimo
etcétera. Parecería que solo hay que pensar, preocuparse o atender a esas
personas o temas en las fechas que se les han reservado; pero, por otro lado,
también pudiera parecer que solo hay que ocuparse de las cuestiones o personas
que tienen “día”, y de este modo, no habría que interesarse en quienes carecen
de él, como por ejemplo sucede, de forma bastante llamativa, con los hijos.
En
este contexto, se comprende que no sienta particular apego por señalar el “día
de la madre”, que estamos a punto de celebrar; ni tampoco por el “día del
padre”, al que en España reservamos el 19 de marzo. Son fechas que alguien
quiso señalar en el calendario con propósitos principalmente comerciales, para
generarnos mala conciencia si no compramos algo. No obstante, me dejo contagiar
por la ocasión, y por supuesto me considero feliz de poder felicitar a mi padre
y a mi madre. Hasta incluso un año viví el día del padre en México, que se
celebra si no recuerdo mal en junio, y aunque la fecha no tenía ningún
significado para mí, no pude evitar “extrañar” especialmente a mis hijos, y a
mi padre, al ver cómo las familias se reunían felices a mi alrededor en el
restaurante en el que comí. En realidad, formo parte de una familia en la que
nunca hemos necesitado decirnos expresamente lo que ya sabemos. Y no por no
decirlo hemos dudado jamás de ello. Por eso sé perfectamente que mis padres no
necesitan ni esperan nada especial en los días en que a alguien se le ocurrió
que convenía hacer regalos, de la misma manera que yo no pido ni espero nada en
particular de mis hijos precisamente en una fecha. Lo que no quita para que en
ocasiones aprovechemos el momento para hacer un regalo o transmitir una
felicitación. Del mismo modo que, aunque tampoco me gusta expresar públicamente
mis sentimientos, puedo utilizar esta ocasión para decir eso que ya sabemos y
no necesitamos expresar: mamá, papá, os quiero, muchas gracias por todo, y
gracias a Dios por darme a estos padres. Y a estos hijos.
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