jueves, 27 de mayo de 2021

¿Fraude de ley y Constitución?

 ¿Fraude de ley y Constitución?




 

            Comencemos por lo más obvio. Es verdad que la concesión del indulto es una prerrogativa discrecional del Gobierno. Sí, y también es cierto que el informe del Tribunal Supremo es preceptivo pero no vinculante, y en efecto, el Gobierno tampoco ha de seguir necesariamente este criterio, ni el de la Fiscalía, ni ningún otro. Todavía más: no es necesario para su concesión que lo hayan pedido expresamente los penados (puede hacerlo alguien en su nombre), y ni siquiera que estos hayan expresado arrepentimiento, aunque esto último puede ser, desde luego, un dato relevante a considerar.

            A partir de ahí… no cabe compartir sin más que en todo caso resultase constitucional y legal una eventual y futura concesión de indultos a los condenados por graves delitos relacionados con las alteraciones producidas en 2017 con el fin de impedir la aplicación de la Constitución y la ley y lograr de forma unilateral y abrupta la independencia de Cataluña. Existen algunos requisitos constitucionales y legales para el otorgamiento de indultos, y algunas prohibiciones que el Gobierno no puede soslayar. De la Constitución y de la Ley de 18 de junio de 1870 derivan determinadas exigencias jurídicas. No hay que olvidar que no es lo mismo la discrecionalidad, predicable de algunos actos del Gobierno como este, que la arbitrariedad, radicalmente prohibida para todos los poderes públicos por el artículo 9.3 de la Constitución. Muy relacionada con esta idea está la necesidad de motivación, pero esta solo se podría valorar una vez se hubieran eventualmente concedido. Por lo demás, hay una prohibición del autoindulto derivada del artículo 102 de la Constitución. La Fiscalía plantea que, a pesar de su dicción literal, este artículo podría ser aplicable al caso, y el Tribunal Supremo deja claramente abierta esa puerta. Cabe añadir que la Constitución prohíbe los indultos generales (art. 62 i). Por eso mismo, no cabe una amnistía general en nuestro régimen constitucional, pues esta además no implica el perdón de un delito, sino el reconocimiento de la injusticia de la sentencia que condenaba por ese delito, e incluso el déficit democrático del régimen político. En fin, de toda la ley de 1870 se deriva que el indulto solo cabe por razones de justicia, equidad o utilidad pública, y me parece que el Tribunal Supremo demuestra de forma muy sólida que no se da ninguna de ellas. De hecho, me parece que el indulto total ya sería en este momento ilegal tras el pronunciamiento del Tribunal, de acuerdo con el artículo 12 de la citada ley. Un indulto basado en motivaciones meramente políticas sería, por tanto, en mi humilde opinión, un notorio fraude de ley.


(Fuente de la imagen: https://www.elperiodico.com/es/politica/20210526/tribunal-supremo-opone-concesion-presos-proces-11763184 )

miércoles, 19 de mayo de 2021

Música de mi vida: Battiato

 

Música de mi vida: Battiato

           


Escucharle ha sido siempre experimentar esa sensación de entender lo aparentemente ininteligible, de conectar con lo esotérico, de contemplar algo arcano y aprehenderlo sin necesidad siquiera de descifrarlo. Podría pensarse que sus letras parecían inspirarse en aquella máxima de “ya que no podemos ser profundos, por lo menos seamos confusos”. Alguien dudaría de si se trata de letras demasiado profundas o demasiado superficiales. Pero yo sé que, envueltas en esas melodías de un estilo que podríamos denominar pop melódico, clásicas y exóticas, ortodoxas y originales a la vez… esas canciones siempre me han permitido conectar con espacios ideales y mundos remotos. Y es así como, en momentos en que los grandes viajes eran un deseo inalcanzable (como, de nuevo, hoy), pude sentir ese verdadero transporte, que es el que afecta a todos los sentidos y constituye mucho más una experiencia que un mero viaje, porque su destino no está en la geografía. Así viví noches blancas de los sarracenos, que eran de costumbres alegres, y vi posadas prohibidas a españoles a las puertas de Catania. Y cuando fui a la Perspectiva Nevski, me habría parecido normal encontrarme por azar a Igor Stravinsky. También pude presenciar jesuitas en acción, vestidos como unos bonzos en antiguas cortes con emperadores de la dinastía Ming. E imaginé los apetitos míticos de cortesanas libias, la posesión, las formas de amor prealejandrinas, y el movimiento tan irresistible de caderas de las mujeres, pues ya se sabe que ver bailar flamenco era una experiencia sensualísima. Además, escuché radio Tirana, que transmite música balcánica, y pude oler perfumes increíbles en el aire de la tarde, y sentir un viento a treinta grados bajo cero, que barría las desiertas avenidas y los campanarios. Y sobre todo, experimenté un sentimiento nuevo, la pasión en la garganta, Eros que se hace palabra.

 

También asumí que los horizontes perdidos no regresan jamás, y que somos provincianos de la Osa Menor a la conquista del espacio interestelar, porque seguimos cierta ruta en diagonal por la Vía Láctea. Y … cuando por la tarde vuelvo a casa con un malestar especial, entiendo que no sirven tranquilizantes o terapias: se quiere otra vida. Después de todo, sigo buscando un centro de gravedad permanente; sigo buscando, como nómada que soy -porque lo es nuestra especie- la dimensión insondable. Mientras las canciones profundamente evocadoras de Battiato sigan resonando en mi cabeza, este siciliano irrepetible no habrá muerto. 


(Fuente de la imagen: http://www.nostraitalia.it/es/franco-battiato/ )

miércoles, 12 de mayo de 2021

Palmeras toledanas

 

Palmeras toledanas

 





            “Filomena” fue una nevada de una intensidad insólita en muchas zonas del centro de España, y particularmente en Toledo, ciudad que, protegida en el centro del valle del Tajo y caracterizada por el clima seco -aunque sea un duro clima continental-, muchos inviernos elude las nevadas, y en otros aparecen de forma testimonial. Aun así, sus devastadores efectos permanecen, entre otros aspectos, en los árboles dañados, muy heridos o definitivamente perdidos. Y ello pone sobre la mesa una reflexión sobre el tipo de árbol más adecuado para nuestra ciudad, teniendo en cuenta su clima, sus características y su historia. Así, por ejemplo, algunos paisanos vienen defendiendo desde hace bastante, a través de las redes sociales, la conveniencia de plantar almeces, ya que estos árboles se caracterizan por su extraordinaria resistencia, a las plagas, a la contaminación, y también a las inclemencias meteorológicas, lo cual aparentemente han demostrado también tras el paso de Filomena.




 

            Sorprende, en cambio, la enorme cantidad de palmeras que hay en Toledo. Y no me parece mal, la palmera es un árbol de indudable atractivo. Es verdad que siempre se vincula a zonas más cálidas y húmedas, así que verdaderamente nuestro clima extremo y seco no parece el contexto más idóneo para su desarrollo. Pero ahí están, y desde hace décadas muchas han resistido a todas las inclemencias, desarrollándose hasta alcanzar un buen tamaño. En cualquier caso, a mí las palmeras me encantan, no solo por su bella forma, sino también porque de algún modo evocan latitudes tropicales, y porque en “mi otra tierra”, que es la asturiana, constituyen desde hace más de un siglo el símbolo inequívoco del indianaje, ya que algunos de nuestros compatriotas las introdujeron en las mansiones que construyeron tras regresar de un período, a veces incluso exitoso, en algún país hermano al otro lado del “charco”. Pero… la verdad es que la mayor parte de las palmeras toledanas han sufrido, de forma más notoria y visible que otras especies, los drásticos efectos de Filomena, hasta el punto de que no pocas están secas, y algunas quizá definitivamente muertas. Sin embargo, como aquel olmo seco al que cantó Machado, a algunas palmeras les han brotado, como “milagro de la primavera” y por encima de las grandes hojas secas y muertas, pequeñas y nuevas hojas verdes. Así que es muy urgente que el Ayuntamiento termine la labor de cortar la parte yerta para que estos árboles puedan revivir… porque lo contrario supondría un problema mucho mayor.


jueves, 6 de mayo de 2021

¿Miedo a la libertad?

 

¿Miedo a la libertad?

 


            Uno de los debates curiosos que se han planteado durante la campaña electoral madrileña ha sido el relativo a si tomarse una cerveza en la terraza de un bar está protegido por la libertad constitucional. Para algunos, la libertad y los derechos fundamentales son algo mucho más importante y no están para esas cuestiones tan baladíes, y el propio debate ni siquiera es medianamente serio. Yo, en cambio, creo que la Constitución y los textos internacionales protegen la libertad en el sentido más amplio; y estos aspectos aparentemente intrascendentes pueden ser muy importantes, y para muchas personas forman parte del núcleo de su autonomía personal. Hace décadas aprendí con Prieto Sanchís que hay una “norma de clausura” del sistema de libertades, y aunque ello obviamente no implica que estas manifestaciones de la libertad no puedan restringirse, sí exige una justificación poderosa y un criterio de proporcionalidad para que la restricción sea lícita. En cuanto a manifestaciones intrascendentes, me permito recordar el ejemplo de Robert Alexy sobre la libertad de manifestar el amor a los animales dando de comer a las palomas, que implica al menos el cumplimiento de ciertos requisitos en su restricción. O, ya en el ámbito de los derechos fundamentales concretos, cabe apuntar que la cuestión de si vulneraba la intimidad de Isabel Preysler la divulgación de las cremas que utilizaba para curarse los granitos de la cara, provocó uno de los mayores enfrentamientos que se recuerdan entre nuestro Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, y finalmente prevaleció la tesis afirmativa. No hay que mitificar los derechos.

 

            Valorar nuestra libertad es ser conscientes de que esta está también, y acaso sobre todo, en los aspectos más intrascendentes y cotidianos de nuestra vida. En estos días, y con motivo del fin del estado de alarma, estoy atendiendo a varios medios que preguntan qué tipo de medidas restrictivas se podrán mantener, y percibo cierta preocupación, que los gobiernos autonómicos parecen compartir, por lo que podrá suceder si determinadas restricciones caen. Hay que decir que, si eso es así, lo que sucederá es que recuperaremos parte de nuestra libertad, demasiado tiempo perdida. Por supuesto, habrían de mantenerse solo las medidas estrictamente necesarias; y si ello se acompaña de la responsabilidad (sin la cual no cabe hablar de libertad), se logrará una ponderación más equilibrada de todos los derechos en juego. No es bueno acostumbrarse a resolver los problemas mediante la prohibición, y no deberíamos tener miedo a la libertad.


(Fuente de la imagen: https://www.tripadvisor.es/LocationPhotoDirectLink-g3348658-d4197409-i201937626-Restaurante_La_Vina-San_Rafael_Province_of_Segovia_Castile_and_Leon.html )