El guion
La Ortografía de la lengua española, de 2010, se refiere a “la
naturaleza en cierto modo dual del guion, que une a la vez que separa”. Ello posibilita
que, junto a la forma univerbal como “escritura prototípica de palabras
compuestas” (agridulce, sordomudo…), y junto a la existencia de “unidades léxicas pluriverbales
constituidas por varias palabras gráficamente independientes” (año luz, ciencia
ficción…), exista la posibilidad de usar el guion para formar algunos
compuestos, “en los que se unen dos palabras entre las que se establece un
estrecho vínculo semántico, a la vez que conservan cierta independencia
referencial”. Probablemente por esta razón, oficialmente debe escribirse “Castilla-La
Mancha”, pero en cambio “Castilla y León”. Todo tiene su porqué, aunque con a
veces podemos leer errores como “Castilla-León” o “Castilla La Mancha”. De
hecho, me consta que en una de aquellas series de monedas de 25 pesetas
dedicadas a las Comunidades Autónomas, por error se acuñaron algunos ejemplares
con la leyenda “Castilla-León”, que fueron retirados antes de entrar en
circulación, aunque hoy son muy valorados por los numismáticos. También
encontramos casos en los que la Constitución no concuerda con el Diccionario, o
el Diccionario no concuerda con la Constitución. ¿A quién hacer caso? Un buen
ejemplo es el relativo a la legislación de urgencia que puede aprobar el
Gobierno, denominada por la Constitución “Decreto-ley”, y por la Academia “decreto
ley”. Las Directrices de técnica normativa de 2005, acaso mediando entre ambas
opciones, se refieren a “real decreto-ley”, en minúscula como sugiere la
Academia, pero con el guion que utiliza la Constitución; aunque por otro lado
imponen en general el seguimiento de las normas gramaticales y ortográficas de
la Real Academia Española.
Volviendo a nuestra Comunidad
Autónoma, aunque no cabe duda alguna sobre la forma correcta de escribir el
nombre, volvemos a encontrar oscilaciones entre los dictados académicos y los
usos normativos cuando acudimos al gentilicio, denominado “castellanomanchego”
por el Diccionario, pero “castellano-manchego” en la versión vigente del
Estatuto. Ya el proyecto de nuevo Estatuto aprobado hace una década se decantó
por la forma compuesta univerbal y sin guion; y ya escribí en su día que me
parecía una buena manera de expresar una mayor unión entre las dos partes
sustantivas del compuesto. Así que creo que la reforma estatutaria que ahora se
estudia volvería a ser una buena ocasión para utilizar esa forma univerbal de
nuestro gentilicio. En realidad, la relación entre “Castilla” y “La Mancha” es
la que existe entre el todo y una parte, pero “el todo” es más extenso y amplio
que nuestra Comunidad, y “la parte” abarca solo una porción de ella. Así, aunque
en principio no tendría mucho sentido una palabra compuesto del todo y la
parte, en este caso no era posible quedarse solo con el nombre del todo
(“Castilla”) para dar nombre preciso y exclusivo a nuestra Comunidad. Ha habido
también alguna propuesta de cambiar ese nombre suprimiendo el guion, pero la
argumentación que se daba (que el guion separa) no parece coherente. Solo
creando una única palabra compuesta (“Castillalamancha”) podría expresarse
mayor unión, pero como eso no tiene sentido alguno, en este caso suprimir el
guion (“Castilla La Mancha”) implicaría una mayor separación entre los
términos, y la conjunción copulativa (“Castilla y La Mancha”) no expresaría
correctamente nuestra realidad. Así que está bien “Castilla-La Mancha”, pero el
próximo Estatuto debería decir mejor “castellanomanchegos”.
(Fuente de las imágenes: http://www.texnia.com/raya_guion_menos.html y http://www.castillalamancha.es)
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