La patria constitucional
Fue Habermas, y precisamente con
referencia a Alemania, quien acuñó la idea del “patriotismo constitucional”. En
Estados Unidos o en Inglaterra, por ejemplo, esta idea no ha sido nunca necesaria,
dado que el sentimiento de patria ha estado siempre vinculado a las ideas de
separación de poderes, democracia y respeto a los derechos, y de alguna manera
los propios símbolos nacionales representan esos valores. Pero en Alemania, la
vinculación del sentimiento nacional al nazismo antes de la segunda guerra
mundial, hizo necesario recuperar después un patriotismo vinculado a los
valores de la Ley Fundamental de Bonn. En España, probablemente hemos tenido
una situación próxima a esta. Las décadas de dictadura franquista (y acaso en
parte la fragilidad de la democracia durante nuestra historia contemporánea)
provocaron que tanto los símbolos nacionales, como el propio sentimiento de
patriotismo, quedasen en parte “contaminados”, al menos para parte de la
población. Tal vez de ahí haya derivado un cierto pudor o timidez en la
exhibición de los símbolos (fuera del ámbito deportivo) vinculado al riesgo (y
al complejo) de que su muestra se identificase o se aproximase de algún modo con
determinadas ideologías no propiamente democráticas.
Casi cuarenta años después de la
aprobación de nuestra Constitución, parece llegado el momento de superar esos
temores, complejos y asociaciones. En estas fechas de zozobra e inquietud, ha
resurgido un sentimiento de unidad en la defensa de los valores
constitucionales. Y nuestros símbolos (como la bandera de España, pero también
la señera y la bandera europea) se han empezado a mostrar con mucha más
confianza y seguridad. Creo que ello encierra el reconocimiento (¡al fin!) de
que estos símbolos representan a nuestra Constitución amenazada. A fin de
cuentas, con un poco de perspectiva podemos reconocer una historia mucho más
comprometida con la limitación del poder y del Estado de Derecho: en nuestro
territorio nació el parlamentarismo, y en Cádiz inauguramos la Edad
contemporánea con la idea de Constitución como obra de la nación soberana, a la
que el mismo rey estaba sometido. De alguna manera, muchos ciudadanos españoles
(incluyendo a muchos ciudadanos catalanes) han querido expresar estos días que
su verdadera patria no es solo España, sino la Constitución, la democracia y
los derechos.
(Fuente de la imagen: http://beatrizbecerra.eu/2017/10/10/se-aplica-articulo-155-proteger-los-derechos-los-catalanes/ ).
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