Orgullosos
de Madrid
No soy madrileño, pero creo que
nuestra capital es una gran ciudad que, junto a
los problemas y defectos que se quieran señalar, tiene grandes valores y
atractivos. Y estoy convencido de que la ciudad estaba (y está) perfectamente
preparada para organizar unos juegos olímpicos, y de que la candidatura que
presentaba era sólida y podría haber resultado elegida. Obviamente, eso
significa que quienes han representado dicha candidatura no han logrado
convencer a los miembros del COI, cuyas motivaciones a la hora de votar pueden
obedecer a las más variadas y caprichosas circunstancias. Pero más allá de eso,
de poco se puede acusar a los representantes de la candidatura de Madrid 2020,
quienes han hecho su trabajo correctamente. Habrá que pensar despacio si merece
la pena que la capital de España vuelva a optar a la organización de unos
juegos olímpicos, y tomar las decisiones que procedan.
Pero parece que en ocasiones los
españoles tendemos a la exageración, tanto en los elogios como en las críticas.
Quizás, si con esta misma presentación Madrid hubiera resultado elegida, hoy
estaríamos diciendo que todo fue perfecto. Pero como no se logró el objetivo,
todo son críticas, que curiosamente se centran no en los años de trabajo,
preparación y presentación de la candidatura, sino fundamentalmente en la
exposición del último día en Buenos Aires (que se produjo cuando probablemente
ya estaba todo decidido). Se destaca así la poca capacidad de convicción sobre
el despegue económico de España, la supuesta falta de contundencia en la
respuesta a las preguntas sobre el dopaje, y, sobre todo, el peculiar inglés de
la alcaldesa de Madrid. Algún medio ha venido a decir que solo el Príncipe de
Asturias estuvo a un excelente nivel, mientras que “los políticos” estuvieron
mediocres. Aunque estoy totalmente de acuerdo con la primera parte de esa
afirmación, la segunda me parece una generalización y simplificación totalmente
injusta. El sentido del humor es una excelente cualidad española, y puede que
el acento inglés de Ana Botella no sea muy ortodoxo y permita más de una broma,
pero al menos se atrevió, y me gustaría saber cuántos de los que critican lo
hablan mejor. Aunque no es ese el tema, somos muchos los españoles que tenemos
que mejorar nuestra pronunciación. Sin ir más lejos, el nombre de nuestra
capital es impronunciable para la mayoría. Los más escrupulosos dicen
“Madridde”, pero quizá la mayoría pronuncia “Madriz”, sin que falten muchos que
dicen “Madrí”, y otros, “Madrit”. Casi nadie es capaz de decir perfectamente
“Madrid”, pero somos muchos los que estamos orgullosos de nuestra capital y del
esfuerzo olímpico que la misma ha venido haciendo, y que en algún momento
tendrá sin duda su recompensa.
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