viernes, 27 de marzo de 2020

Dilemas

Dilemas



            En esta crisis sanitaria hay muchos héroes, pero sin duda los profesionales de la sanidad ocupan un lugar destacado. A las dificultades intrínsecas a una grave situación de epidemia como la que vivimos, cabe añadir las derivadas de la falta de medios. Ausencia que afecta tanto a los medios de protección del propio personal, cuya cifra de contagios está alcanzando cotas alarmantes, como a los necesarios para la adecuada atención de los enfermos más graves. En esta situación, ya se empiezan a dar supuestos en los que no parece posible ofrecer la atención necesaria a todos los pacientes, sobre todo ante situaciones de falta de camas en las UCIS, o de respiradores o equipos necesarios. Se produce en estos supuestos un auténtico dilema, en la primera acepción del Diccionario, que lo entiende como “situación en la que es necesario elegir entre dos opciones igualmente buenas o malas”. En esta trágica situación, a veces los médicos han de adoptar decisiones sobre las que, en la medida en que están motivadas por la necesidad y siempre que el profesional demuestre haber hecho todo lo posible y actuar de forma diligente y conforme a la lex artis, no cabría exigirle responsabilidad.  En el juramento hipocrático se dice: “La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones”, pero una vez que se cumple este deber moral, esta máxima no alcanza a resolver estos dramáticos dilemas. 

            Quizá por ello la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha aprobado recientemente un documento que trata de establecer determinados criterios de prioridad cuando se dan estos supuestos. Sin embargo, desde mi modesto punto de vista, este texto contiene algunos apartados no muy afortunados, y todo él apunta a una tendencia más que cuestionable, como considerar la prioridad de la “esperanza de vida con calidad” (QALY, por sus siglas en inglés). En esta línea, se aconseja expresamente tener en cuenta la supervivencia libre de discapacidad, e incluso “valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con una expectativa de vida inferior a 2 años”. Más allá de que habría que ver la fiabilidad del índice que se ofrece para calcular con precisión esa esperanza de vida, yo no digo que estas cuestiones deban ignorarse en estas circunstancias extremas, pero me parece que ubicarlas como criterios prioritarios es muy cuestionable. Además, aunque no se trata de un criterio de edad, me temo que en la práctica implicará una tendencia que afectará más a las personas más mayores. Esto no solo contradice los principios de un Estado social, sino incluso la conveniencia de dar prioridad a los más vulnerables, algo de lo que se preocupa el propio decreto del estado de alarma. Si a esto añadimos el todavía más cuestionable criterio del “valor social” de las personas atendidas, me parece que el documento apunta preocupantemente a un utilitarismo social que puede revestir incluso tendencias eugenésicas. En cambio, se dejan de lado criterios como dar prioridad al que más lo necesita, al que está en una situación más grave, o el de salvar el mayor número de vidas que se pueda. Si se extreman los criterios del documento, resultaría que se prioriza el acceso a la salud del que está más sano… o menos enfermo. De hecho, el documento de la OMS “Consideraciones éticas en el desarrollo de una respuesta de salud pública a la gripe pandémica” contiene también otros criterios de equidad que aconsejarán priorizar a “los que están peor (por lo que se refiere a gravedad de la enfermedad)” o “las poblaciones vulnerables y discapacitadas”. Cómo combinar adecuadamente todos estos factores es algo complejo. Seguramente Robert Alexy tendría una fórmula adecuada que incluiría el grado de beneficio que puede conseguirse para cada uno de estos criterios, en relación con la intensidad de afectación de otros… pero es evidente que un profesional no tendrá margen para aplicar este tipo de fórmulas complejas. Cabe fiarse de su buen criterio, pero espero que no sigan solo la peligrosa y cuestionable línea unidireccional a la que apunta el documento de la citada asociación…

(Fuente de la imagen: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/03/27/5e7d9513fdddff8c088b4570.html )

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